"You're going to need a bigger boat."

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domingo, 3 de marzo de 2013

Rodeado de series presenta… BLACK MIRROR, temporada 2

HEEEEYYY... it's me... WALDO!!

El año pasado, Charlie Brooker, todo un veterano de la TV británica, irrumpía en el panorama de las series con una propuesta realmente rompedora: Black Mirror, una reflexión inquietantemente realista sobre el papel de la tecnología en nuestras vidas, de cuya primera entrega de tres capítulos ya hablábamos aquí. Desde luego, Gran Bretaña, año tras año, sigue siendo un buen vivero de ficción televisiva.

Ahora, Black Mirror retorna de nuevo con tres nuevas historias que mantienen el excelente nivel de la anterior temporada, y también su tono inquietante y sombrío. La obra de Brooker y sus colaboradores aúna una impecable factura técnica (en todos los sentidos: interpretación, ambientación, narrativa visual…) con una visión de un mundo moderno y ultratecnológico, inquietantemente certera y realista dentro de un contexto de "futuro próximo".

El mundo de la política, los medios de comunicación, el trabajo diario, los viajes, las relaciones personales… en nuestros días, la vida en general está envuelta en tecnologías que hace pocos años parecían cosa de película de ciencia-ficción. Black Mirror va un poco más allá y especula sobre cómo podrían ser las cosas en pocos (muy pocos) años… No nos engañemos, el panorama que pinta no es precisamente agradable. Resonancias orwellianas, un confeso estilo Twilight Zone... ¿es Charlie Brooker el Rod Serling del siglo XXI? Desde luego, es un buen candidato.

Que nadie te cuente nada. La sorpresa es uno de los elementos más importantes del efecto que Black Mirror provoca en sus espectadores. Simplemente, siéntante ante la pantalla y deja que los tres nuevos episodios, titulados Be right back, White bear y The Waldo moment, hagan su trabajo… Como ya sucedía en la primera temporada, no podrás despegar los ojos de la pantalla. Cada uno de ellos te dejará pensando, dando vueltas a cada vericueto del argumento.

En resumen: ¿estás enganchado a las redes sociales? ¿No puedes (ni quieres) soltar tu móvil de penúltima generación con su resplandor azulado? ¿Ves la tele a diario? Si la respuesta a estas preguntas (y muchas otras) es sí... o no... da lo mismo. TIENES que ver Black Mirror.

Is that really you?


miércoles, 18 de enero de 2012

RODEADO DE SERIES presenta… BLACK MIRROR

De nuevo, mirando hacia Gran Bretaña encontramos interesante ficción televisiva, esta vez de la mano de Charlie Brooker: columnista de éxito, presentador de TV, guionista de Dead Set y muchas cosas más, Brooker ataca, y no es una expresión casual, de nuevo con Black Mirror, una provocadora, desoladoramente pesimista, brutalmente certera sátira de la sociedad moderna del siglo XXI.

En tres piezas de una hora de duración, sin conexión entre sí más allá de estar englobadas bajo la misma cabecera, y divididas a su vez en segmentos, un estupendo equipo de guionistas, directores, intérpretes y técnicos no dejan títere con cabeza. No pienso decir ni pío sobre los argumentos. Y te recomiendo que no investigues, que no leas nada al respecto. Déjate sorprender. Te garantizo que así la medicina del dr. Brooker y compañía hará mejor su efecto.


Vienen a la mente referencias como 1984, Brazil, Un Mundo Feliz… pero la visión de Black Mirror es rabiosamente actual, y aplicable a cualquier país occidental avanzado de hoy: todos ellos están conectados por viscosos tentáculos económicos e invisibles lazos digitales. Ese proceloso océano digital 24/7 en el que algunas veces parece que estamos obligados a zambullirnos, a través de tantos casi irresistibles aparatitos. Los medios de comunicación, las redes sociales, los políticos, la omnipresente tecnología de uso doméstico… en Black Mirror todo ello es contemplado con una mirada cínica y desesperanzada, en un mundo que, como su propio nombre indica, es un reflejo distorsionado, distópico y sin embargo reconocible de la sociedad de nuestros días.   
 
Black Mirror no contrapone esta realidad que tan bien disecciona a otra realidad, en plan "cualquier tiempo pasado fue mejor". Ni tampoco propone soluciones, alternativas a la situación. Es una bofetada en toda regla, sin ningún consuelo posterior que atenue su efecto. Los dos primeros episodios, The National Anthem y 15 Million Merits, son un verdadero torrente de ideas que dejan al espectador realmente agotado, y hace falta tiempo para digerirlos por completo, especialmente el primero. El tercero, The Entire History of You, mantiene un buen nivel, pero se nota la ausencia de Brooker en el guión, porque su alcance es mucho más reducido, en todos los sentidos.


Se puede acusar a Black Mirror de obviar los elementos positivos y centrarse en lo negativo, lo alienante del "mundo moderno", de la televisión y de las tecnologías en constante evolución. También tienen sus cosas positivas, pero Black Mirror las olvida y las presenta como entes al servicio siempre de intereses que poco tienen que ver con los ciudadanos de a pie, y que junto a la televisión cumplen la función de "circo moderno" para que las masas, cada vez más uniformes y menos diversas, se distraigan, y además consuman sin parar productos de todo tipo, dentro de una especie de batidora que engulle cualquier disidencia (es decir, cualquier atisbo de autenticidad) y la regurgita convertida en parte de sí misma, retroalimentándose continuamente.

Si el primer capítulo ya desarrolla esta tesis (esas imágenes de un Londres desierto mientras la gente permanece frente al televisor, embobada), el segundo la amplía y remacha, de manera algo menos sutil pero tremendamente efectiva, y con un tratamiento visual impecable. Es de lo más curioso que la serie la produzca una filial de Endemol, responsable de tantos y tantos éxitos televisivos. La realización de los episodios, en todos los sentidos, es soberbia.


¿Provocará Black Mirror un efecto en quienes la vean? ¿Se reconocerán, por ejemplo, en el despiadado retrato del segundo episodio…? ¿O simplemente se convertirá en una parte más de esa "corriente digital" que recorre el recién nacido siglo XXI, un simple "Me Gusta" en Facebook o un twit graciosillo, como sucede con los acontecimientos del primer capítulo? Me temo que la respuesta será la segunda… en consonancia con la propia visión pesimista de la serie.

Tres horas de estupenda ficción dramática televisiva para cualquier espectador que desee disfrutar de un entretenimiento inteligente y con mensaje. Recomendable sin ninguna duda.