"You're going to need a bigger boat."
miércoles, 5 de agosto de 2009
EL MONTÓN DE TEBEOS presenta... REPASANDO LOS 4 F DE JOHN BYRNE
En los 80, John Byrne fue una estrella indiscutible del panorama comiquero yanqui. Tras curtirse en diferentes títulos de la casa, y después de su colaboración con Chris Claremont en una larga etapa de Uncanny X-Men, trufada de historias inolvidables que convirtieron a sus autores en estrellas, Byrne cogió el timón de uno de los buques insignia de la compañía: los entonces desangelados y moribundos Fantastic Four. Como Frank Miller en Daredevil, o Walter Simonson en Thor, el autor dejó una huella imborrable en uno de los máximos iconos creados por la desbordante imaginación de Stan Lee y Jack Kirby. Quién sabe qué hubiera ocurrido de haberse hecho realidad el plan inicial de Marvel: Byrne al guión y Bill Sienkiewicz a los dibujos... el artista dejó la serie para dibujar Moon Knight, al serie en la cual comenzaría su espectacular evolución. Y Byrne se halló sólo a los mandos de la nave...
Echemos un vistazo a estas páginas ya clásicas.
UN ARRANQUE ARROLLADOR
El inicio de la andadura del autor, en julio de 1981 con el número 232 de la serie, es excelente. Con evidentes ganas de pasárselo tan bien como sus lectores, Byrne flexiona sus músculos en varias historias breves (impagable, la del tipo ultrapoderoso que ni siquiera es consciente de serlo), para pasar después a las dos primeras aventuras de fundamento: aquella en la los 4F que se enfrentan (una vez más, sí, y no será la última en esta etapa) al inevitable Doctor Muerte, aliado esta vez con el Amo de Marionetas; y aquella en la cual se cruzan sus caminos con el también inevitable Galactus.
En ambas, Byrne se sirve de ideas originales (el inicio de la primera, con unos hipotéticos Reed, Ben, Sue y Johnny sin poderes, o el estado famélico y moribundo de Galactus que obliga a los héroes a salvarle) para homenajear a los adorados maestros Lee y Kirby, al tiempo que crea nuevas situaciones a las que acudirá de nuevo más adelante, y va perfilando varias de las constantes de su etapa al frente de la serie, como por ejemplo la creciente importancia del personaje de Sue, al que Byrne cuida como nadie antes. Destaca la invención de Nova, la nueva Heraldo de Galactus, a quien también volveremos a ver; o el nuevo emplazamiento de Attilan, hogar de los Inhumanos, en el área azul de la Luna. Aventuras llenas de acción y maravilla, en la línea de lo que se espera de una serie como esta.
Las páginas de Byrne parecen gritar KIRBY a cada viñeta: el canadiense se marca numerosos homenajes explícitos al Rey, a la vez que maneja algunas ideas que luego aparecerán de nuevo desarrolladas de otras maneras en su posterior obra (Alpha Flight para Marvel o Superman para DC): por ejemplo, el alinígena que roba planetas, las alusiones a excavaciones que desatan maldiciones ocultas, o la presencia de los Skrulls. Las ideas son frescas, los personajes están bien llevados, el dibujo es estupendo en términos narrativos. La cosa va muy bien.
Pronto nos encontramos de nuevo con Muerte. Recuperado de su anterior derrota, Víctor Von Doom embarca al cuarteto, contra la voluntad de nuestros héroes, en una inesperada cruzada para recuperar su trono de Latveria, en manos del antes benévolo Zorba, ahora convertido en un tirano mucho peor que su antecesor. Acto seguido, es Franklin, el primogénito de Reed y Sue, quien asusta al cuarteto con su inconmensurable e impredecible poder mutante; y Gladiador, el poderoso pretor de la guardia imperial Shi'Ar, también se pasea por las páginas de la mano de un Byrne que está en su mejor momento narrativo.
EL "QUINTO FANTASTICO"
Todo lo anterior es solamente un precalentamiento para la gran saga que narrará el viaje de los 4F a la Zona Negativa. En la historia más extensa de Marvel hasta entonces ambientada en el peculiar universo paralelo, Byrne se suelta del todo. Un episodio en formato apaisado... un catálogo de extraños habitantes humanoides nunca vistos... Reed y Sue "se lo montan"... y un dramático retorno a nuestra dimensión para el cuarteto, con nuevos uniformes "en negativo". Byrne marca distancias con otros recorridos anteriores de los héroes por la extraña Zona Negativa con ideas de lo más original. Como consecuencia de la entrada de los cuatro en la peligrosa dimensión, Annihilus está a punto de acabar con nuestra realidad y la suya desde el Edificio Baxter, al que consigue acceder, poniendo en serio peligro a Franklin y Alicia. Por ello, tras su regreso, Reed y Sue, que vuelve a estar embarazada (natural, esas cosas pasan, Reed... el equipamiento para el viaje a la Zona no incluía preservaticos, aparentemente), deciden mudarse a Connecticut. Todo un cambio para la familia más famosa de Marvel. La serie evoluciona, en manos de un Byrne pletórico.
También a estas alturas, llegan un cruce con su recién nacida Alpha Flight (y ahí está, como no, el sempiterno interés de Namor por la Chica Invisible); un nuevo encuentro con Muerte (y el aparente fallecimiento definitivo de éste), esta vez aliado con Tyros, antes Terrax; y la célebre historia del "juicio espacial" a Reed Richards por salvar la vida de Galactus, en cuyo colofón el autor se permite el lujo de aparecer como coprotagonista, como un "Quinto Fantástico". Además de un nuevo homenaje a Lee y Kirby con la aparición del Hombre Topo. Todo ello, justo en la antesala de la participación de Reed, Johnny y Ben en las Secret Wars, que traerá dramáticas consecuencias para el cuarteto... y un verdadero punto de inflexión en la etapa de Byrne.
A estas alturas, se puede decir que el canadiense no ha dado muestras de cansancio, pereza o de dormirse en sus laureles. Al contrario, la serie va viento en popa, el poderío gráfico de Byrne continúa intacto, y el gran partido que saca a su reparto de personajes le permite seguir sorprendiendo mes a mes, a la vez que deja caer piezas que más adelante irá recogiendo y aprovechando para nuevas historias. En estos momentos Byrne realiza guion, lápiz y tinta de dos colecciones mensuales, más los guiones de una tercera. Se dice rápido...
LLEGA UN SER VERDE...
Tras la Secret Wars, con el triste final del embarazo de Sue (excelente historia, sorprendente y dramática, con el sorpresivo papel del Dr. Octopus), y la llegada de Hulka como miembro fortachón del cuarteto en sustitución de Ben, empieza una nueva era. La Cosa ha elegido permanecer en el planeta de las Secret Wars, y ello propicia que Alicia y Johnny comiencen un romance de lo más inesperado... tan inesperado como el tan conocido y aireado romance entre Byrne y el personaje de Hulka, al que dotará de gran protagonismo en las historias del cuarteto, y también de una divertida serie propia, por momentos realmente genial. La familia, acompañada del recuperado Wyatt Pies Alados, luchan contra el gigantesco (y soso de narices) alienígena Terminus, y después se embarcan en un viaje temporal para encontrar... al desaparecido padre de Reed, ni más ni menos.
Después, Reed y Sue "Benjamin" (su identidad secreta, recordemos) se enfrentan a Mefisto, pero es el pequeño Franklin quien gana la batalla, con esos famosos poderes latentes suyos... Al mismo tiempo, el retorno de Ben a la Tierra propicia una violenta pelea entre la Cosa y la Antorcha, zanjada por Alicia... pero Ben no vuelve al equipo. Byrne narra los dos hechos en el mismo episodio, dividiendo las páginas por la mitad, en el último experimento formal de este tipo de su etapa. En estos tiempos, Jerry Ordway se convierte en el entintador fijo de la serie.
Un alivio para un Byrne un tanto sobrecargado de trabajo, que en estos años aún tiene chispazos de genialidad (como el intento de asalto al edificio Baxter por parte del Trampero, narrado de modo muy original: los 4F ni siquiera aparecen) pero cuyos argumentos empiezan poco a poco a declinar. ¿Agotamiento de ideas? ¿Demasiado trabajo? ¿Problemas editoriales? De todo un poco, probablemente. Pese a que las tiranteces entre Byrne y el mandamás de Marvel, Jim Shooter, eran patentes y están bien documentadas, es igualmente notorio que los argumentos se vuelven más anodinos, con un Byrne más titubeante, perdiendo el impulso anterior y recurriendo a caminos ya explorados.
Muerte aparece de nuevo, por partida doble, con la escasamente interesante presencia del cansino Todopoderoso, al que el autor (o Marvel, o ambos) se "saca de la manga" para restaurar al fallecido Von Doom. Encontramos también un anodino y alargado argumento en el cual el grupo se enfrenta a Psicoman, una de las más sosas herencias de Lee y Kirby; un doble cruce con los Avengers de su gran amigo Roger Stern, con los Skrulls como enemigos primero, y con la poco afortunada resurrección de Jean Grey/Fénix después; y un nuevo paseo por la Zona Negativa, con presencia de Annihilus y Blastaar; y con la aparente muerte de Reed, seguida de un retorno a una primera mitad del siglo XX "alternativa" con Nick Furia como estrella invitada.
La única historia que destaca en estos momentos es aquella en que un niño, fan total de la Antorcha, muere al prenderse fuego intentando emular a su ídolo, sumiendo a Johnny en la desesperación. Byrne quizá peca de sensiblería y de tomarse demasiado en serio, pero es el único chispazo que recuerda el fuego del autor que fue de otros tiempos. El nivel de calidad de la serie desciende, mes a mes, segun mengua el interés de un Byrne que va "a remolque", desganado: se nota que sus lápices son apenas bocetos que los hombres de la tinta resuelven con desigual fortuna. El baile de entintadores (entre ellos, un primerizo... Kyle Baker) no beneficia a unas páginas en las que brilla por su ausencia el impulso de sagas anteriores. A diferencia de lo que sucedía en su entretenida Alpha Flight (aunque la serie de los héroes canadienses tampoco es tan buena pasado su primer año como lo fue en sus inicios), de la serie de Hulka en la que da rienda suelta a su vena más humorística, o de su ya cercano paso a Hulk (intercambiando al piel verde de Stern y un primerizo Mike Mignola por sus Alpha Flight ), colección que ataca con aparentes ganas y brío... el Byrne de Los 4 Fantásticos ya no engancha.
EL FIN
Y tras el retorno de Reed de su breve muerte, llega el final...
Agosto de 1986: se publica el número 293, último episodio del canadiense en la serie. Un furibundo Byrne, harto de imposiciones editoriales que él achaca a que Jim Shooter le tiene manía (en particular, el conocido incidente relacionado con un episodio de Hulk), deja los bártulos de la serie con una saga a medias, que otras manos terminan de manera apresurada y escasamente inspirada. Se acaba una época.
Byrne abandona Marvel, en la primera de muchas "espantadas" posteriores de distintas editoriales por "diferencias creativas". Tras él queda olvidado Alpha Flight, que nunca volverá a ser lo que fue. Abandonados quedan también Hulk, a muchos meses aún de la llegada de su salvador particular, Peter David; y Hulka, que vuelve a un discreto segundo plano del que la rescató recientemente Marvel de la mano de Dan Slott.
Y quedan también Reed, Sue, Ben y Johnny, cuatro personajes desamparados que darán bandazos durante muchos años en manos de autores que no hacen olvidar la huella de Byrne en la serie. Guionistas y artistas más que solventes como Steve Englehart, John Buscema, Keith Pollard, Joe Sinnott, Walter Simonson, Chris Claremont, y los más destacables, los eficaces, cumplidores y "culebroneros" Tom DeFalco y Paul Ryan, vivirán siempre bajo la gigantesca (y a veces excesivamente agigantada) sombra de lo realizado por Byrne.
Sólo muchos años después, gracias a Mark Waid y el tristemente fallecido Mike Wieringo, los 4 Fantásticos protagonizan de nuevo unos cuantos momentos inolvidables. Desde entonces, ni siquiera autores tan estelares como Mark Millar y Bryan Hitch han conseguido que los cuatro aventureros enganchen, fascinen y diviertan tanto como consiguió Byrne, o como lograron en su momento los verdaderos reyes del asunto, aquellos de cuyo trabajo siguen bebiendo tantos y tantos autores de Marvel mes a mes: Stan Lee y Jack Kirby.
¿Y Byrne, el Quinto Fantástico...? De una Marvel en la cual no se sentía a gusto, Byrne pasó a la "otra acera" y encontró las puertas de DC abiertas de par en par, con el último hijo de Krypton como su nuevo juguete... pero esa es otra historia.
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2 comentarios:
toma ya, impresionante resumen, esto va para 'lo mejor de la semana' de cabeza
Buen resumen. Me han entrado ganas de leer esta etapa de Byrne.
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