
En los 80, John Byrne fue una estrella indiscutible del panorama comiquero yanqui. Tras curtirse en diferentes títulos de la casa, y después de su colaboración con Chris Claremont en una larga etapa de Uncanny X-Men, trufada de historias inolvidables que convirtieron a sus autores en estrellas, Byrne cogió el timón de uno de los buques insignia de la compañía: los entonces desangelados y moribundos Fantastic Four. Como Frank Miller en Daredevil, o Walter Simonson en Thor, el autor dejó una huella imborrable en uno de los máximos iconos creados por la desbordante imaginación de Stan Lee y Jack Kirby. Quién sabe qué hubiera ocurrido de haberse hecho realidad el plan inicial de Marvel: Byrne al guión y Bill Sienkiewicz a los dibujos... el artista dejó la serie para dibujar Moon Knight, al serie en la cual comenzaría su espectacular evolución. Y Byrne se halló sólo a los mandos de la nave...
Echemos un vistazo a estas páginas ya clásicas.
UN ARRANQUE ARROLLADOR
El inicio de la andadura del autor, en julio de 1981 con el número 232 de la serie, es excelente. Con evidentes ganas de pasárselo tan bien como sus lectores, Byrne flexiona sus músculos en varias historias breves (impagable, la del tipo ultrapoderoso que ni siquiera es consciente de serlo), para pasar después a las dos primeras aventuras de fundamento: aquella en la los 4F que se enfrentan (una vez más, sí, y no será la última en esta etapa) al inevitable Doctor Muerte, aliado esta vez con el Amo de Marionetas; y aquella en la cual se cruzan sus caminos con el también inevitable Galactus.

Las páginas de Byrne parecen gritar KIRBY a cada viñeta: el canadiense se marca numerosos homenajes explícitos al Rey, a la vez que maneja algunas ideas que luego aparecerán de nuevo desarrolladas de otras maneras en su posterior obra (Alpha Flight para Marvel o Superman para DC): por ejemplo, el alinígena que roba planetas, las alusiones a excavaciones que desatan maldiciones ocultas, o la presencia de los Skrulls. Las ideas son frescas, los personajes están bien llevados, el dibujo es estupendo en términos narrativos. La cosa va muy bien.

EL "QUINTO FANTASTICO"
Todo lo anterior es solamente un precalentamiento para la gran saga que narrará el viaje de los 4F a la Zona Negativa. En la historia más extensa de Marvel hasta entonces ambientada en el peculiar universo paralelo, Byrne se suelta del todo. Un episodio en formato apaisado... un catálogo de extraños habitantes humanoides nunca vistos... Reed y Sue "se lo montan"... y un dramático retorno a nuestra dimensión para el cuarteto, con nuevos uniformes "en negativo". Byrne marca distancias con otros recorridos anteriores de los héroes por la extraña Zona Negativa con ideas de lo más original. Como consecuencia de la entrada de los cuatro en la peligrosa dimensión, Annihilus está a punto de acabar con nuestra realidad y la suya desde el Edificio Baxter, al que consigue acceder, poniendo en serio peligro a Franklin y Alicia. Por ello, tras su regreso, Reed y Sue, que vuelve a estar embarazada (natural, esas cosas pasan, Reed... el equipamiento para el viaje a la Zona no incluía preservaticos, aparentemente), deciden mudarse a Connecticut. Todo un cambio para la familia más famosa de Marvel. La serie evoluciona, en manos de un Byrne pletórico.

A estas alturas, se puede decir que el canadiense no ha dado muestras de cansancio, pereza o de dormirse en sus laureles. Al contrario, la serie va viento en popa, el poderío gráfico de Byrne continúa intacto, y el gran partido que saca a su reparto de personajes le permite seguir sorprendiendo mes a mes, a la vez que deja caer piezas que más adelante irá recogiendo y aprovechando para nuevas historias. En estos momentos Byrne realiza guion, lápiz y tinta de dos colecciones mensuales, más los guiones de una tercera. Se dice rápido...
LLEGA UN SER VERDE...

Después, Reed y Sue "Benjamin" (su identidad secreta, recordemos) se enfrentan a Mefisto, pero es el pequeño Franklin quien gana la batalla, con esos famosos poderes latentes suyos... Al mismo tiempo, el retorno de Ben a la Tierra propicia una violenta pelea entre la Cosa y la Antorcha, zanjada por Alicia... pero Ben no vuelve al equipo. Byrne narra los dos hechos en el mismo episodio, dividiendo las páginas por la mitad, en el último experimento formal de este tipo de su etapa. En estos tiempos, Jerry Ordway se convierte en el entintador fijo de la serie.

Muerte aparece de nuevo, por partida doble, con la escasamente interesante presencia del cansino Todopoderoso, al que el autor (o Marvel, o ambos) se "saca de la manga" para restaurar al fallecido Von Doom. Encontramos también un anodino y alargado argumento en el cual el grupo se enfrenta a Psicoman, una de las más sosas herencias de Lee y Kirby; un doble cruce con los Avengers de su gran amigo Roger Stern, con los Skrulls como enemigos primero, y con la poco afortunada resurrección de Jean Grey/Fénix después; y un nuevo paseo por la Zona Negativa, con presencia de Annihilus y Blastaar; y con la aparente muerte de Reed, seguida de un retorno a una primera mitad del siglo XX "alternativa" con Nick Furia como estrella invitada.

EL FIN
Y tras el retorno de Reed de su breve muerte, llega el final...

Byrne abandona Marvel, en la primera de muchas "espantadas" posteriores de distintas editoriales por "diferencias creativas". Tras él queda olvidado Alpha Flight, que nunca volverá a ser lo que fue. Abandonados quedan también Hulk, a muchos meses aún de la llegada de su salvador particular, Peter David; y Hulka, que vuelve a un discreto segundo plano del que la rescató recientemente Marvel de la mano de Dan Slott.
Y quedan también Reed, Sue, Ben y Johnny, cuatro personajes desamparados que darán bandazos durante muchos años en manos de autores que no hacen olvidar la huella de Byrne en la serie. Guionistas y artistas más que solventes como Steve Englehart, John Buscema, Keith Pollard, Joe Sinnott, Walter Simonson, Chris Claremont, y los más destacables, los eficaces, cumplidores y "culebroneros" Tom DeFalco y Paul Ryan, vivirán siempre bajo la gigantesca (y a veces excesivamente agigantada) sombra de lo realizado por Byrne.
Sólo muchos años después, gracias a Mark Waid y el tristemente fallecido Mike Wieringo, los 4 Fantásticos protagonizan de nuevo unos cuantos momentos inolvidables. Desde entonces, ni siquiera autores tan estelares como Mark Millar y Bryan Hitch han conseguido que los cuatro aventureros enganchen, fascinen y diviertan tanto como consiguió Byrne, o como lograron en su momento los verdaderos reyes del asunto, aquellos de cuyo trabajo siguen bebiendo tantos y tantos autores de Marvel mes a mes: Stan Lee y Jack Kirby.
¿Y Byrne, el Quinto Fantástico...? De una Marvel en la cual no se sentía a gusto, Byrne pasó a la "otra acera" y encontró las puertas de DC abiertas de par en par, con el último hijo de Krypton como su nuevo juguete... pero esa es otra historia.
2 comentarios:
toma ya, impresionante resumen, esto va para 'lo mejor de la semana' de cabeza
Buen resumen. Me han entrado ganas de leer esta etapa de Byrne.
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