Recién aparecida en nuestro país gracias a Tusquets*, podemos leer una de las primeras novelas del genial escritor japonés Haruki Murakami, con el sugerente y larguísimo título de El fin del Mundo y un Despiadado País de las Maravillas (originalmente titulada 世界の終りとハードボイルド・ワンダーランド; para los amantes de las curiosidades orientales, se pronuncia Sekai no owari to Hādoboirudo Wandārando, segun Wikipedia). Un libro absorbente, extraño, en el cual el autor de Kafka en la orilla ya muestra algunas de las constantes que luego se van repitiendo y perfeccionando a lo largo de su obra. Ya hablé un poco de Murakami, aquí (con más caracteres orientales). Ahora, hablemos de esta novela, que en realidad es dos.
Una de ellas es una mezcla de intriga cyberpunk, pesadilla kafkiana y melancolía urbana, con experimentos genéticos, pasadizos secretos bajo el subsuelo de Tokio, inconcreta ambientación moderna y sorprendente desarrollo. La peripecia del calculador, un tipo sosegado y sibarita, que gusta de la música, las chicas gorditas (y no tan gorditas) y cuya reacción ante las mayores adversidades es soltar comentarios como "¡vaya contrariedad!". Sus reflexiones sobre los sofás, sobre la gente, sobre sí mismo y muchas otras cosas más, no tienen desperdicio. El calculador es un funcionario obediente dentro de un sistema burocrático hermético e implacable, con ecos del Brazil de Terry Gilliam, que nunca se planteaba su trabajo, o las consecuencias del mismo, o el origen de su especialidad habilidad para el cálculo mental... hasta que comienzan a ocurrir cosas bastante raras.
La otra, una suerte de fantasía alegórica, rica en detalles, pero fría, voluntariamente deslavazada... como si fuera artificial. Pero, ¿lo es? En ella, un hombre penetra en una ciudad amurallada, pero antes debe dejar atrás su sombra. Una vez en el interior de la ciudad, descubre que allí todo es calmado, perfecto, tranquilo... pero a un terrible precio: dejar atrás la sombra significa dejar atrás también su corazón.
Dos historias que se entrecruzan, sin aparente conexión entre sí. Por momentos, casi parecen dos novelas cuyos capítulos han sido colocados de manera alterna por el autor, en una suerte de experimento. Poco a poco, segun profundizamos en ambas tramas las conexiones se van haciendo más evidentes. Sorprende la habilidad del autor para engancharnos sin remedio a dos líneas narrativas diferentes.
Murakami narra de manera exquisita ambas vertientes de la historia. Sus ya célebres recursos están ya ahí: el omnipresente papel de la música, el sexo, las relaciones complejas, la melancolía urbana... Sobre todo en la historia del calculador, más extensa, brilla su talento para los diálogos y las frases ingeniosas; en la otra parte, Murakami opta por reforzar el tono alegórico. Quizá en algunos casos abusa demasiado del recurso de cerrar muchos párrafos con sentencias lapidarias, pero eso no resulta nada molesto. Sus personajes, los ambientes, las peripecias que viven, cómo se conocen y se relacionan, todo funciona como un reloj. Es ésta una novela, pese a presentarnos a un Murakami aún inexperto, de lo más recomendable.
Y la agridulce conclusión de ambos relatos deja interesantes reflexiones. Por encima de la evidente crítica al absurdo de la moderna burocracia de la información, me quedo con la idea de que, por mucho que uno se esfuerce en no dejar huella en el mundo y en la gente, en levantar muros a su alrededor, es casi imposible no afectar las vidas ajenas, e igualmente imposible es impedir que esas vidas afecten a la propia...
*Una vez más, Tusquets edita a Murakami, y una vez más se echa de menos que se haga referencia a que esta es una novela anterior a otros éxitos del japonés como Crónica del Pájaro que da cuerda al Mundo o Sputnik Mi Amor. Por lo menos esta vez no han cambiado el título, como en esa lamentable ocurrencia de llamar Tokyo Blues a Norwegian Wood...
4 comentarios:
Absurdamente aburrida, imaginativamente decepcionante
Pena que no te haya gustado, hombre!
Muchas gracias por tu visita! me alegro mucho de que te guste mi trabajo :) (y como agradezco blogs donde se hable de libros, comics, etc...)
Leí a Murakami hace poco, Kafka en la orilla, y debo decir que aunque el libro me enganchó una cosa mala el final me dejó fria, no se resuelven temas importantes, Murakami lo deja como en el aire, cosa que hizo que me lo pensara la proxima vez a la hora de elegir entre un libro suyo o de otro autor... creo que con todo lo que se ha hablado sobre él, esperaba otra cosa, aunque su narrativa es muy buena y te atrapa... luego deja cosas en el tintero, cosa que me decepcionó bastante, pero sin duda es un gran autor :)
Gracias a ti por el comentario, Srta. M! Un placer.
Sobre KAFKA EN LA ORILLA: es uno de los libros más "David Lynch" de Murakami. A mí me parece fascinante que el tío sea capaz de jugar con dos historias, dos niveles, que obviamente están conectados, pero no de una manera lógica... dejando ahí piezas para que las juntes, si te apetece, y de la manera que te apetezca. Si te gustó su estilo, prueba con alguno de los libros más "urbanos", como AFTER DARK, o SPUTNIK MI AMOR, por ejemplo.
Hasta otra!
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