Nota: reseña completamente spoiler-free.
Christopher Nolan cierra su versión de Batman con una tercera película que continúa directamente los hechos acaecidos en El Caballero Oscuro. Mezclando (esta vez, sin tanto acierto como en Batman Begins) numerosos elementos procedentes de distintas aventuras del personaje (desde El regreso del Caballero Oscuro a Tierra de Nadie, pasando por Knightfall y algunas otras), Nolan enfrenta esta vez a Batman con uno de sus peores enemigos en los cómics: Bane (interpretado por Tom Hardy), un rival a su altura en físico e intelecto, preparado para desatar el caos en una Gotham City que aún se está recuperando de la muerte de Harvey Dent.
"Soy el apocalipsis de Gotham" |
Todos ellos se ven enfrentados a un villano mucho, mucho menos conseguido que el tétrico Joker que componía Heath Ledger de la segunda entrega (y que, si me apuran, también sale perdiendo en comparación con el desaprovechado Dos Caras interpretado por Aaron Eckhart). Si por un lado Bane no tiene el hándicap de compartir protagonismo con ninguna otra fuerza maléfica, por otra parte se echa de menos más explicación y algo más de carisma (la incómoda máscara no ayuda en absoluto a Hardy). Para entendernos: si en El Caballero Oscuro la magnética presencia del Joker se "come" la película y disimula muchos de sus errores, aquí no sucede lo mismo con Bane, lamentablemente.
"Se acerca tormenta, señor Wayne..." |
Y desde luego, tienen mucha más fuerza el intercambio de miradas entre Christian Bale y un siempre inmenso Michael Caine, o la divertida composición de Anne Hathaway como Catwoman, que todos los fogonazos, los descacharramientos y los destrozos al ritmo retumbante de la repetitiva banda sonora de Hans Zimmer. Vale más una simple lagrimita que todas la soflamas revolucionarias que maneja un Bane al que se le podría sacar mucho más jugo.
Dejando aparte las evidentes lecturas que pueden tener escenas como la irrupción de Bane en la sede de la Bolsa de Gotham, o sus diatribas pseudoanarquistas (de parvulario), si algunos momentos de guión funcionan (la aparición de los murciélagos, la sorpresilla final que depara uno de los personajes protagonistas), otros son previsibles (hasta cierto punto, el desenlace se ve venir), o bordean lo simplón y lo sonrojante (la escena de Blake en el puente, la batalla campal entre policías y secuaces de Bane...). La película se revela mucho más deslavazada y errática que El Caballero Oscuro, que pese a sus arritmias, mantenía bastante mejor el rumbo y mostraba menos momentos involuntariamente risibles...
En resumen: mucho ruido (mucho) y pocas nueces (muy pocas).
4 comentarios:
Ya lo he dicho muchas veces, cuando voy a ver una adaptación no espero gran cosa, pero esta película me encantó. No había visto antes ningún video ni trailer para ir sin conocer nada de ella (sólo conocia lo que me contaste la semana anterior al estreno). Me parece de las mejores películas de superheroes que hay.
Y ese final... ¡que bueno! deja con ganas de más.
Me alegro de que te haya gustado, pero creo que podría haber sido mucho mejor...
Muy de acuerdo con la reseña. La primera hora de película, me parece muy buena, demasiado, salvo algún fallo tonto, pero tras el enfrentamiento en los túneles entre ya sabéis quien, la película decae a niveles como hacía mucho que no veía... lo mejor, ¡los 15 segundos finales!
Gracias por el comentario, Rondi! Para mí, el mejor momento es la aparición de los murciélagos en el túnel... el problema es que el guión que han perpetrado los hermanos Nolan, con algunos momentos realmente sonrojantes que te "sacan" de la peli completamente!
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