"You're going to need a bigger boat."

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jueves, 5 de mayo de 2016
El montón de tebeos presenta… EL REGRESO DEL CABALLERO OSCURO
Pues sí, lo he releído por vez enésima, y me sigue dejando alucinado cómo conserva intacta su potencia narrativa, treinta años después. Y cómo se queda grabado en tu memoria lo que realmente te impresiona, la primera vez que lo lees...
Sorprende lo diferente que era la DC de aquellos tiempos, empeñada en dar una vuelta a sus iconos de siempre y dominando la segunda mitad de los ochenta y parte de los noventa con dos jugadas maestras: el fichaje de las grandes figuras de la Marvel de los primeros ochenta, como Byrne, Pérez y Miller, y la captación de todo ese talento que esperaba en Gran Bretaña: los Moore, Morrison, Delano, Ellis, Ennis, Gibbons y tantos y tantos otros. Wonder Woman, en manos de George Pérez, y Superman, con Byrne, se renovaban de arriba a abajo, pero las operaciones de lavado de cara practicadas en ambos personajes eran una minucia comparadas con la salvaje deconstrucción de Batman en manos de Frank Miller.
El creador de Elektra, con El regreso del Caballero Oscuro y Año Uno, daba forma al concepto de Batman que ha marcado a varias generaciones de lectores ya: Bruce Wayne es el disfraz, Batman es Batman todo el rato. Un justiciero torvo, obseso, violento, que nunca se toma un descanso. De este concepto han bebido practicamente todas las encarnaciones de Batman desde entonces, con matices, con mejor o peor fortuna, y así seguirá siendo. Por no hablar de la influencia que la visión posmoderna, sardónica y desatada de Miller ha tenido en una multitud de autores que han venido después.
Sorprende el desparpajo de un Miller al que DC prestaba su mejor juguete para jugar. Asombra, aún hoy, la capacidad del autor para el montaje de escenas y páginas, usando de manera soberbia una rejilla de dieciséis viñetas que le permite miles de posiblididades. Esa página en que las franjas de la bandera americana se transforman en la S de Superman… el uso de las onomatopeyas, un arte casi perdido en el cómic comercial hoy en día… las espectrales escenas del retorno a la acción de Batman… Miller hace puro cómic, saca músculo en cada página, huye de lo convencional, no hace concesiones a la galería, refina ese monólogo interior narrativo que se convertirá en marca de fábrica de la casa.
Por no hablar del ramalazo fascista-libertario que desprende su visión del personaje y del mundo en general, en la obra. El estado no arreglará los problemas: Batman demuestra que nosotros tenemos que arreglar los problemas (con esa Lana Lang abogando por el murciélago desde la televisión…). Las buenas intenciones no valen para nada. La caricatura salvaje de las torpes instituciones (alcaldía, gobierno…) y de las ideas de izquierda, encarnadas en los padres porreros de Carrie y en el siquiatra empeñado en rehabilitar a los viejos enemigos de Batman, haría las delicias de Ayn Rand.
Si en Daredevil, Murdock dudaba entre la acción directa del justiciero y la ley del abogado, Batman no duda. No se cimbrea contra el viento. No hace concesiones. No se ablanda, como Superman. Cuando todo el mundo dice "sí", el dice "que te den". Crea su propio viento y las concesiones te las incrusta en la cocorota de un porrazo.
Y sin embargo, años después, Miller llevaba aún más lejos ese concepto en el DK2, un tebeo adelantado a su tiempo, mucho más simple en apariencia, pero igualmente complejo en el fondo, que gana con cada relectura. Y el mismo Miller se choteaba sin pudor alguno de su Batman en All Star Batman & Robin, esa monumental broma que muchos siguen sin entender, como tampoco la entendió Jim Lee.
En resumen, todo lo anterior se resume en lo siguiente: Frank Miller, con sus luces y sus sombras, con sus aciertos y sus errores, es uno de los autores de cómic más importantes de la historia del medio. Punto. Estos días, Miller visita España. Cuando hablen de él, ya sabes de quién estamos hablando.
domingo, 1 de mayo de 2016
El montón de tebeos presenta… FRANK MILLER
Para toda una nueva generación de lectores, el nombre de Frank Miller no tiene la resonancia mítica que tiene para los que ya tenemos una cierta edad. ¿Cómo no sentir algo especial cuando recuerdas las obras más clásicas de Miller? ¿Cómo olvidar el duelo a muerte entre Bullseye y Elektra? ¿O Ruleta? ¿Cómo olvidar el encuentro de Matt con la hermana Maggie en Born Again? ¿Cómo quitarse de la cabeza esa imagen de Lobezno, enseñando las garras e invitándote a bailar? ¿Cómo olvidar el dramático "Me convertiré en un murciélago" de Año Uno? Pero, en los últimos tiempos (o sea en los últimos quince años), como sucedió con la estela de Prince, otro monstruo sagrado de los ochenta, la estrella de Miller ha brillado bastante menos. Miller es sin duda uno de los autores de cómics vivos más importantes de la historia del medio. ¿Vale? Lo digo por si acaso alguna vez se nos olvida...
Su época de esplendor máximo fueron los ochenta, esa verdadera década prodigiosa del cómic americano, dominada en su primera mitad por Marvel y en su segunda mitad por DC. Autores como Frank Miller, Walt Simonson, John Byrne, Chris Claremont, George Pérez, y después la invasión británica encabezada por Alan Moore, dieron al cómic yanqui grandes obras. Pero, me atrevo a afirmar, ninguna, más explosiva, más visceral, más emocionante, más inolvidable que las de Miller.
Miller triunfó en las dos orillas. Primero, en Daredevil, donde le dio la vuelta completamente al personaje, además de acuñar un estilo y una manera de narrar nunca vistas hasta entonces en un tebeo comercial norteamericano, a la altura del estallido realista del Batman de Neal Adams en los setenta, y culminó con ese monumento que es Born Again, junto a un soberbio David Mazzucchelli. Inolvidable es también el Lobezno que fraguó junto a un Claremont en estado de gracia. Las influencias del manga, del noir, de Will Eisner, se amalgamaban en las páginas de Miller, y además contaba con la inestimable ayuda de Klaus Janson en las tintas y el color.
Tras dejar Marvel, Miller inauguraba en DC el formato de lujo con una amalgama de samuráis y ciencia ficción, Ronin, pero la verdadera campanada llegó con sus dos obras seminales sobre Batman, El regreso del Caballero Oscuro (sí, por eso se le llama a Batman "Caballero Oscuro", no se lo han inventado los hermanos Nolan) y Año Uno, de nuevo con Mazzucchelli. Dos tebeos que transformaron a Batman por completo, como ya había trastocado Miller a Daredevil antes, obras de las cuales han copiad… perdón, bebido, con mayor o menor fortuna, practicamente TODOS los tebeos y películas relacionados con Batman en las últimas tres décadas. Y que, junto a Watchmen, contribuyeron a revitalizar el cómic norteamericano y a darle otra dimensión… y quizá a acabar con una manera más ligera, divertida y vitalista de ver las historias de los justicieros disfrazados, pero esa es otra historia.
En los noventa, Miller escribió guiones de cine (Robocop II y III) y paralelamente se consagró a los guiones, ilustrados por otros (Hard Boiled, Give Me Liberty, etc.), se alineó con los primeros ejemplos de autores que seguían la estela de los "fugitivos" de Image y buscaban un mejor reconocimiento de su trabajo en Dark Horse, a través de aquellos sellos editoriales como Legend, Bravura y otros, ya extintos, junto a gente como Arthur Adams, John Byrne o Mike Mignola, por ejemplo. Regresó brevemente a Marvel, justo antes de arrancar con Sin City, para crear Elektra Lives Again, y después se sacó de la manga en DC el célebre DK2, El Contraataque del Caballero Oscuro, un tebeo que descolocó a propios y extraños en su momento (incluido yo mismo; por suerte, con el tiempo, uno va creciendo y juzgando mejor las cosas), y que el tiempo ha puesto en su lugar.
Desde entonces, poco que reseñar: Sin City se alargó mucho más de lo que hubiera debido durar, 300 sigue siendo tan divertido como exagerado (envejece mejor que la película, desde luego), y las aventuras fílmicas de Miller junto a Robert Rodríguez se saldaron con resultados muy decepcionantes. All-Star Batman & Robin quedó como una rara avis en DC, un chiste que nadie pareció entender, y menos que nadie Jim Lee. El tiempo lo va poniendo en su lugar como lo que es, un tebeo tan divertido que da pena que nadie se moleste en seguirle la estela.
El tan rumoreado regreso de Miller a los cómics, Terror sagrado, fue un proyecto muerto desde un principio que pasó totalmente desapercibido cuando se publicó (y era el primer tebeo de Miller desde el DK2…), pese a los "esfuerzos" de Miller para atraer atención mediática… Ahora llega un DKIII que, pese a contar con el concurso de Miller y con autores más que solventes como Azzarello, Kubert y Janson, no parece destinado a ser el aldabonazo que fueron sus dos predecesores… pero que todos vamos a leer, sin duda. Aunque solo sea por si acaso.
En fin, que este es Frank Miller, gente. Creo que es importante recordarlo, porque parece que a veces la gente se olvida de de quién estamos hablando. No puedo menos que recomendar a quien no conozca sus años dorados que se zambulla en ellos sin pensárselo dos veces: Daredevil, Born Again, Año Uno, El regreso... y El contraataque..., de estos últimos al menos tengo pendientes sendas relecturas inminentes. Y lo mejor: todo ello está disponible en el mercado en estos momentos en estupendas ediciones. Merece la pena, y mucho. Pero MUCHO.
martes, 4 de agosto de 2015
Recién leído: BATMAN, MANSIÓN ARKHAM
Con sinceridad, últimamente he perdido bastante interés en los asuntos del murciélago. El año y medio inicial de Scott Snyder y Greg Capullo no me pareció para tanto, y desde entonces no le he prestado mucha atención; y otras series no las valoro, por el mismo motivo. Sinceramente, prefiero releer lo antiguo.
Me he acercado con curiosidad y ganas de leer un tebeo de Batman a este nuevo Mansión Arkham, que recopila una serie limitada, sin crossovers ni demasiadas complicaciones, y me ha parecido un cómic muy apañado. El guion de Gerry Duggan tampoco es un dechado de inventiva y de ideas originales, pero saca jugo a la idea de que ahora el célebre manicomio de Gotham tiene su sede en la Mansión Wayne, justo encima de la Batcueva, y al menos se molesta en introducir a un nuevo personaje en la ya nutridísima galería de enemigos de Batman, como hizo en su día Dan Slott con su inteligente Asilo Arkham: Purgatorio.
Por su parte, Shawn Crystal realiza un trabajo gráfico muy atractivo, apartándose de la férrea y anodina dirección gráfica que predomina en la práctica totalidad de los títulos DC, con un dibujo sombrío y de expresivas texturas muy adecuado para internarnos en los recovecos oscuros del nuevo sanatorio para supercriminales de Gotham.
En resumen: lo dicho, apañado.
lunes, 27 de octubre de 2014
El montón de tebeos presenta… BATMAN, AMOR LOCO y otras historias
ECC recupera por fin, después de tanta reedición innecesaria (por no hablar de la mayoría de los nuevos tebeos de Batman) uno de los cómics imprescindibles cuando hablamos del murciélago. Amor loco, obra de Paul Dini y Bruce Timm, es una de las historias más divertidas y creativas de la larguísima vida de Batman.
Como ya sabrás, Amor loco cuenta el origen de Harley Quinn, antigua psiquiatra del asilo Arkham reconvertida en delincuente y enamorada del Joker (amor no correspondido, todo hay que decirlo), esa robaescenas que ahora anda (con un aspecto bastante más soso que su inmejorable diseño original) suelta por el nuevo universo DC. En una época, antes de Tierra de nadie, en la cual los tebeos de Batman eran simplemente ilegibles, los cómics basados en la serie televisiva Aventuras de Batman eran todo un soplo de aire fresco. Las otras historias recopiladas en este tomo son excelentes también, pero Amor loco es insuperable.
Amor loco es la quintaesencia de ese espíritu. Arrollador, brillante, cuidado hasta el más mínimo detalle, Amor loco es un tebeo simplemente imprescindible, para fans de Batman (todos los apasionados por la "seriedad" y el "dramatismo" de Snyder, Nolan y otros necesitan soltarse el pelo un poco) y los degustadores de buenos tebeos en general. Paul Dini nunca escribió ni escribirá nada mejor. Por no hablar del arte de Bruce Timm, que hace parecer fácil lo prodigioso de su narrativa y la increíble belleza de su trazo. Un genio, gente.
En resumen: segun el ranking de IGN.com, la 12ª mejor historia de Batman de todos los tiempos Segun Comicbookresources.com, la 15ª. Pero ninguna es más divertida... "pastelito".
viernes, 28 de febrero de 2014
BATMAN de GRANT MORRISON, por fin desde el principio en castellano
¿Quieres saber quién es el Doctor Hurt? ¿Bailar el tango de la muerte? ¿Conocer a Damian Wayne, uno de los personajes más interesantes del cómic yanqui en los últimos años? ¿Has oído hablar de Leviatán? ¿Quieres visitar la Batcueva secreta debajo de la Batcueva? ¿Conocer a Oberon Sexton? ¿Gruñir con el Profesor Pyg? ¿Viajar en el tiempo? ¿Conocer a los Batman de todas las naciones? ¿Sabes lo que significa Zurr Ehn Arr? ¿No? Ahora, puedes.
Hoy se pone a la venta Batman e hijo, el primer tomo de la etapa de Grant Morrison en Batman, sin duda lo mejor que se ha hecho con el personaje en años y uno de los tebeos más divertidos y creativos del agonizante y anodino panorama de las dos grandes. Por fin se puede leer en castellano en orden cronológico desde el principio, y pronto, cuando se reedite El guante negro, se podrá leer completa la historia-río creada por el escocés.
Una historia llena de sorpresas e imaginación que fue destrozada por Planeta en su edición en grapa, al mezclarla con el Detective Comics de Paul Dini, que no era mala pero que no tenía nada que ver. Además, con el cambio de derechos de hace más de dos años, la etapa quedaba inacabada. ECC retomaba la edición, empezando por el acto final, Batman Inc., lo inédito hasta entonces, con lo cual muchos lectores se encontraban con la película empezada. Además, ECC ha contribuido a la confusión al editar las dos partes de Batman Inc en dos formatos distintos.
Es una pena que la edición en castellano haya sido tan desastrosa. Por no hablar de la propia DC, que interrumpió su curso en el momento de la revelación de la identidad de Leviatán, aunque al menos tuvo la delicadeza de completar la historia, tras ocho meses de hiato, debido a la llegada de los anodinos Nuevos 52...
Eso sí, los tomos de ECC no están numerados, ni codificados por colores, ni nada parecido (algo que ECC tampoco cuida demasiado en otras de sus ediciones en tomo, retomando una mala costumbre de Planeta visible, por ejemplo, en Usagi Yojimbo), de modo que aquí va una guía de lectura.
Eso sí, los tomos de ECC no están numerados, ni codificados por colores, ni nada parecido (algo que ECC tampoco cuida demasiado en otras de sus ediciones en tomo, retomando una mala costumbre de Planeta visible, por ejemplo, en Usagi Yojimbo), de modo que aquí va una guía de lectura.
ACTO I: Batman e hijo, El guante negro, Batman RIP
ACTO II: Batman y Robin, Batman vs. Robin, Batman y Robin deben morir. Y El regreso de Bruce Wayne, claro. Si te apetece, puedes leer Crisis final, pero no es imprescindible.
ACTO III: Batman Inc, tomo tapa dura, y Batman Incorporated, tres entregas en tapa blanda.
domingo, 29 de diciembre de 2013
Algunas lecturas recientes...
BLACK SUPER POWER, de Daniel Ausente
Gran libro que analiza a los héroes negros de ficción, prestando especial atención al mundo del cómic, con personajes como Pantera Negra y Power Man, pero también al cine (con las célebres películas producto de la blaxpoitation) y con un especial énfasis en el mayor héroe negro de la historia: Muhammad Alí. Una lectura amena y documentada, divertida a rabiar.
BATMAN: ODISEA, de Neal Adams
Inenarrable es la palabra. Uno de los artistas más influyentes de la historia del cómic americano y mundial, por cuyo talento han pasado los años (aunque sigue siendo un dibujante excelente), hila una historia abigarrada y chalada (en el mal sentido) como pocas que se hayan creado para Batman. Además del horror vacui del que hace gala Adams en cada página y la sobrecarga de diálogos, su historia es arrítmica, aburrida y casi incomprensible. Una pena.
CRAB MONSTERS, TEENAGE CAVEMEN AND CANDY STRIP NURSES. ROGER CORMAN, KING OF THE B MOVIE
Grandioso repaso ilustrado a la carrera de Roger Corman, uno de los tipos más importantes de la historia del cine comercial norteamericano. Actor, director, productor… y descubridor de una lista de talentos tan larga como impresionante, que cuentan mil anécdotas sobre la peculiar e influyente manera de entender el cine que siempre mantuvo Corman.
LUKE CAGE NOIR, de Benson, Glass y Martinbrough
Divertida versión años 30 de Luke Cage, que reproduce en gran parte la estructura del origen del héroe negro de Marvel por excelencia. Entretenida y bien llevada historia, con adecuado arte de Shawn Martinbrough.
1280 ALMAS, de Jim Thompson
Una novela negra tan recomendable como cualquier otra. Un clásico indiscutible, una historia brillante, seca, estupendamente construida, con un personaje inigualable: un sheriff tan corrupto como astuto, en una ciudad rural americana. Cualquier elogio se queda corto. Además, hace poco se ha publicado una versión ilustrada por Jordi Bernet, ni más ni menos.
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Roger Corman
jueves, 19 de septiembre de 2013
LECTURAS RECIENTES: BATMAN DESDE LA PERIFERIA

Desde el papel de Batman y el Joker como opuestos y su importancia como iconos de la cultura de masas, hasta dos interesantes puntos de vista sobre los filmes de Nolan, a cargo de Aaron Swartz y Slavoj Zizek; desde un atinado recuento de la estupenda incursión de Grant Morrison en los mitos del murciélago de la mano de Javier Calvo hasta interesantes reflexiones sobre las a menudo relegadas féminas de la vida de Batman.
Las dos firmas femeninas del libro, Laura Fernández (también una de las editorias) y Elisa G. McCausland, coinciden en señalar la importancia del rompedor concepto de Batwoman instaurado por Greg Rucka y J.H. Williams III, que hasta hace poco tiempo, ya sin Rucka, ha continuado siendo una de las series más interesantes del por otro lado anodino panorama DC… hasta que por fin la editorial ha acabado con la paciencia de sus autores.
En resumen, una lectura de lo más interesante que viene a demostrar una vez más la cantidad de dimensiones y puntos de interés que atesora Batman como personaje en sus ya cerca de ocho décadas de vida.
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lunes, 26 de agosto de 2013
Lecturas recientes: BATMAN INCORPORATED 13
El final de la etapa de Grant Morrison en Batman llega por fin. Seis años de trabajo, repartidos por varias cabeceras, constituyen una de las historias más interesantes de la larguísima trayectoria del murciélago. Ya he hablado de muchas de sus virtudes aquí, aquí, aquí… Ahora, con la última página aún en la retina, solo queda hacer algunos comentarios al respecto.
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La primera sorpresa... de muchas. |
Morrison ha demostrado que Batman, lejos de estar explotado del todo, atesora en los rincones de la oscura Batcueva tantas historias como la imaginación de un guionista permita. "La imaginación es la quinta dimensión", recordemos… El escocés se ha atrevido a hurgar en un concepto del personaje que nadie había osado rescatar, y ha fusionado a todos los Batman en uno solo: el justiciero, el detective, el sicótico, el colorido aventurero de los años cincuenta… todos en uno, el que surge de la tumba en Batman RIP.
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"We were the best, Richard." |
Con Morrison, hemos conocido a toda una galería de personajillos grotescos, y también nos hemos reencontrado con el Batman de Zur-En-Arrh, o los Batman de todas las naciones… Además Morrison se ha encargado de aportar elementos como la importancia concedida a Talia Al Ghul; la inquietante transformación del Joker en el Príncipe de las navajas primero, y en "Oberon Sexton" después; el recurso a personajes poco conocidos o creados específicamente para la saga; o, naturalmente, la verdadera gema de su trayectoria: Damian Wayne, hijo natural de Batman y Talia, y nieto de R'as Al Ghul. Un personaje simplemente maravilloso.
Además, en estos años hemos asistido, por un lado, a la consolidación de Tony S. Daniel como uno de los mejores artistas de la "generación Image" (muy por encima de otros como David Finch, y no digamos Portaccio, Booth y demás…), y a la eclosión de Chris Burnham, que ha pasado a ser mucho más que un simple seguidor de Frank Quitely para desarrollar un estilo completamente personal. Ellos, y otros como Frazer Irving, Andy Kubert, el mencionado Quitely, Yannick Paquette y J.H. Williams III, entre otros, han ilustrado las desatadas andanzas del Batman de Morrison.
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"They're all jokes." |
Desde el arranque de la historia, Morrison ha tenido claro hacia dónde iba, de qué estaba hablando. El final de su saga (si es que es el final, a juzgar por esas últimas páginas, nadie lo diría... una última sorpresita cierra la saga) no hace sino remachar esa idea. La leyenda de Batman nunca termina, incluso con Dan DiDio y sus reestructuraciones de por medio. Nunca terminará. El final de la historia es bastante abierto, y deja a quien continúe la saga todo un reto, un rastro de miguitas por el que internarse en el bosque donde Morrison se ha pasado estos años metido… o no. ¿Alguien se atreverá? Espero que sí... pero lo más probable es que no.
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El BATMAN de Zur En Arrh |
Ojalá Morrison tuviera por delante otros seis años de Batman. ¿Cuántas sorpresas más nos depararía? Porque esa es la clave de su trayectoria: la sorpresa, lo inesperado, la emoción de abrir un tebeo sin saber lo que te vas a encontrar… en el panorama actual del tebeo comercial yanqui, hay pocas series que puedan proporcionar semejante cosa.
De Gotham al Himalaya, de Gibraltar a Argentina, de Japón a París, del pasado al futuro, del espacio exterior a la Batcueva debajo de la Batcueva… Las aventuras del "Bat-Morrison" han atravesado tantos avatares que resulta imposible recordarlos todos. Es necesario (y un placer) leer y releer para no perderse ningún detalle, lo cual constituye toda una excepción en una época en que los comic-books yanquis se leen a razón de dos minutos cada 24 páginas.
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Bat-Cow! |
En resumen: de lo mejor del cómic comercial yanqui de la última década. Batman and Robin will never die!
domingo, 17 de febrero de 2013
Lecturas recientes: ABSOLUTE BATMAN & ROBIN: BATMAN REBORN

Desaparecido Bruce Wayne en los meandros del tiempo por obra y gracia de la Sanción Omega de Darkseid, Dick Grayson, antiguo Robin, antiguo Nightwing, tiene la difícil tarea de sustituir a su mentor como guardián de Gotham, y al mismo tiempo, se enfrenta a la rebeldía chulesca de Damian, el hijo natural de Wayne, convertido en un nuevo Robin que poco tiene que ver con sus antecesores en el cargo...
Una vez más, Morrison recurre a su fértil y a veces desbocada imaginación para imaginar nuevas amenazas para sus héroes y crear nuevos personajes. El Profesor Pyg, Flamingo, un nuevo Capucha Roja, el cártel de El Penitente y los 99 Fiends... todo ello es un simple aperitivo para el retorno, por un lado, del siempre bienvenido Joker, y después, del Doctor Hurt, otra de las creaciones ajenas recuperadas por Morrison para la serie, como los Batman de distintas naciones. Todo ello con el sello inimitable de Morrison, que continúa homenajeando esa etapa maldita de Batman que nadie se atrevía a "tocar". El tomo culmina con el regreso de Bruce Wayne y el anuncio de una amenaza que supera a todas las demás: Leviatán.
Después, vendrá Batman Incorporated, o lo que es lo mismo, el arranque del tercer y último acto de la epopeya, en el que Morrison sigue dando sorpresas y rizando el rizo, acompañado entre otros por Chris Burnham, en los dibujos. Un artista que ya da muestras de su calidad en varios de estos dieciséis capítulos, acompañado de Andy Clarke, David Finch y Philip Tan (este último, el menos inspirado del cartel), de un estupendo Cameron Stewart y de un deslumbrante Frank Quitely, cuyas páginas, reproducidas a tamaño Absolute, realmente son alucinantes. El libro, eso sí, pesa una tonelada. No apto para débiles humanos, que diría Hulk...
En resumen: una gozada en formato grande.
sábado, 2 de febrero de 2013
Lecturas recientes: BATMAN, de Tony S. Daniel
Tony S. Daniel tomó las riendas de guión y dibujo de la nueva Detective Comics renumerada, tras colaborar con Grant Morrison en la primera parte de su épica historia de Batman, y tras unos cuantos episodios en solitario en Batman antes de la llegada de Los Nuevos 52.
Precisamente por ser tan desquiciados, exagerados, abigarrados, "oscuros" y demás, los episodios de Detective Comics de Daniel tienen un atractivo de placer culpable. Además, cercano ya el enésimo retorno de un renovado Joker, muchos se preguntarán de dónde sale la idea de su epatante nuevo aspecto… bien, pues sale de aquí.
Sobran los comentarios...
En efecto, es en estos cómics donde el Joker se hace arrancar la cara, literalmente, aunque luego desaparece rápidamente de la historia para dejar paso a un nuevo villano: el Muñequero, al cual Daniel no le saca demasiado partido.
Si Jim Lee puede hacerlo, yo también...
I believe I can fly...
En resumen: tan malo que resulta divertido, a diferencia de la gran mayoría de los tebeos de Marvel y DC, que son simplemente... malos.
lunes, 24 de diciembre de 2012
Lecturas recientes: BATMAN, DEATH BY DESIGN
Una historia que mezcla el misterio, la arquitectura y el aire más añejo del personaje es lo que ofrecen Chip Kidd y Dave Taylor en Batman: Death by Design. Uno de los emblemáticos más edificios de Gotham es el centro de una trama de asesinatos, corrupción y venganzas varias… dado que el edificio fue patrocinado por su padre, Bruce Wayne / Batman está en el centro de todo ello.
Sin ser nada del otro mundo, este primer guión de cómic del célebre diseñador y experto en Batman Chip Kidd se deja leer, pese a algunos excesos verbosos, y el arte de Dave Taylor es algo irregular en términos de narrativa, pese a proporcionarnos unas cuantas páginas de lo más espectacular. A su favor, lo preciosista de su acabado, con un cuidado dibujo a lápiz y discretos toques de color digital, y su estupenda ambientación retro-gótica.
En resumen: no está mal.
domingo, 23 de diciembre de 2012
Lecturas recientes: BATMAN, TIERRA UNO
Geoff Johns y Gary Frank narran de nuevo el origen de Batman, aunando elementos de la visión "tarada" del personaje que acuñó Frank Miller con algunas innovaciones más cosméticas que otra cosa, como ese Alfred "machote" estilo Sean Connery.
Una lectura entretenidilla, muy realzada por el siempre atinado Frank, que realiza un trabajo estupendo como siempre que dispone del tiempo necesario para ello. Sin embargo, la historia no aporta gran cosa, es previsible y está bastante alargada. Al menos, Johns no recurre al siempre socorrido Joker… Ya se ha anunciado una continuación, por cierto.
En resumen: más indicada para lectores novatos que para grandes conocedores del personaje.
domingo, 29 de julio de 2012
Películas recién vistas: EL CABALLERO OSCURO. LA LEYENDA RENACE
Nota: reseña completamente spoiler-free.
Christopher Nolan cierra su versión de Batman con una tercera película que continúa directamente los hechos acaecidos en El Caballero Oscuro. Mezclando (esta vez, sin tanto acierto como en Batman Begins) numerosos elementos procedentes de distintas aventuras del personaje (desde El regreso del Caballero Oscuro a Tierra de Nadie, pasando por Knightfall y algunas otras), Nolan enfrenta esta vez a Batman con uno de sus peores enemigos en los cómics: Bane (interpretado por Tom Hardy), un rival a su altura en físico e intelecto, preparado para desatar el caos en una Gotham City que aún se está recuperando de la muerte de Harvey Dent.
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"Soy el apocalipsis de Gotham" |
Todos ellos se ven enfrentados a un villano mucho, mucho menos conseguido que el tétrico Joker que componía Heath Ledger de la segunda entrega (y que, si me apuran, también sale perdiendo en comparación con el desaprovechado Dos Caras interpretado por Aaron Eckhart). Si por un lado Bane no tiene el hándicap de compartir protagonismo con ninguna otra fuerza maléfica, por otra parte se echa de menos más explicación y algo más de carisma (la incómoda máscara no ayuda en absoluto a Hardy). Para entendernos: si en El Caballero Oscuro la magnética presencia del Joker se "come" la película y disimula muchos de sus errores, aquí no sucede lo mismo con Bane, lamentablemente.
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"Se acerca tormenta, señor Wayne..." |
Y desde luego, tienen mucha más fuerza el intercambio de miradas entre Christian Bale y un siempre inmenso Michael Caine, o la divertida composición de Anne Hathaway como Catwoman, que todos los fogonazos, los descacharramientos y los destrozos al ritmo retumbante de la repetitiva banda sonora de Hans Zimmer. Vale más una simple lagrimita que todas la soflamas revolucionarias que maneja un Bane al que se le podría sacar mucho más jugo.
Dejando aparte las evidentes lecturas que pueden tener escenas como la irrupción de Bane en la sede de la Bolsa de Gotham, o sus diatribas pseudoanarquistas (de parvulario), si algunos momentos de guión funcionan (la aparición de los murciélagos, la sorpresilla final que depara uno de los personajes protagonistas), otros son previsibles (hasta cierto punto, el desenlace se ve venir), o bordean lo simplón y lo sonrojante (la escena de Blake en el puente, la batalla campal entre policías y secuaces de Bane...). La película se revela mucho más deslavazada y errática que El Caballero Oscuro, que pese a sus arritmias, mantenía bastante mejor el rumbo y mostraba menos momentos involuntariamente risibles...
En resumen: mucho ruido (mucho) y pocas nueces (muy pocas).
sábado, 2 de julio de 2011
RODEADO DE CELULOIDE presenta… BATMAN CONTRA BATMAN (3)
Una reflexión nada autorizada, inconexa, y en general balbuceante, sobre algunas de las películas protagonizadas por el murciélago. La primera parte, aquí. La segunda parte, aquí.
Tercera parte: El héroe
(y Alfred, el caballero del Caballero Oscuro)
(y Alfred, el caballero del Caballero Oscuro)
En cuanto al aspecto del héroe en pantalla, tanto en su identidad civil como en su indumentaria nocturna, gana le versión de Nolan por goleada. Ese Batman incapaz de girar el cuello, bajito y más cabezón que Darth Vader al que da vida Michael Keaton palidece en comparación con el tipo reconcentrado, capaz de dar miedo ya antes de ponerse el traje de murciélago, que presenta Nolan, con Christian Bale como perfecta elección para el papel. Un cruzado acorazado y tecnológico que se mueve entre las sombras y que precisamente cuando se deja ver pierde algo de su efectividad. Por suerte, el diseño de la capucha no le hace parecer cabezón. Y el logo geométrico y estilizado del traje, que sustituye al tradicional con el óvalo amarillo, me encanta.
El Bruce Wayne de Batman y Batman Returns es un hombre obsesionado, sí, atormentado por la tragedia personal bien conocida por todo el mundo, pero no tanto como el de Nolan (o el de Miller); pero es "un millonario que se disfraza de justiciero", no "un justiciero que se disfraza de millonario". Al contrario de lo que sucede con el torvo Bruce Wayne de Batman Begins: su personalidad "civil" es una simple fachada, es Batman 24 horas al día. Entre tú y yo, prefiero el de Nolan. Obviamente, porque el Batman que me gusta es el "tarado", no el de los 60 o el "superdetective".
En cuanto a Alfred, de nuevo, para mi gusto, gana Nolan con la elección del inigualable Michael Caine, pese a que su parecido físico con el Alfred de los cómics es inexistente (dirán los puristas; he superado esa fase hace tiempo). Los dos Alfred, este y el encarnado por el recientemente fallecido Michael Gough, beben directamente de la versión de Frank Miller, y funcionan estupendamente, pero donde esté Michael Caine, que se quiten los demás…
De modo que en este aspecto, creo yo, gana Nolan de calle.
lunes, 27 de junio de 2011
RODEADO DE CELULOIDE presenta… BATMAN CONTRA BATMAN (2)
Una reflexión nada autorizada, inconexa, y en general balbuceante, sobre algunas de las películas protagonizadas por el murciélago. La primera parte, aquí.
La Gotham City imaginada para Burton por Anton Furst tiene mucha más garra, pero a la vez es más guiñolesca y exagerada que la urbe tecnológica y ultramoderna de los films de Nolan, más fría y realista, incluso de noche. Pese a lo caduco de algunos efectos, la Gotham de Burton tiene un aspecto mucho más cuidado y elegante. A la ciudad gótica de los films de Nolan, en comparación, le falta personalidad y le sobra modernez.
En los filmes de Burton, la música del habitual Danny Elfman acompaña perfectamente las imágenes del director, en la onda "clásica-oscura" tan habitual en el compositor fetiche del director. Nolan se acompaña de la fanfarria electrónica de Hans Zimmer, que compone una de sus últimas grandes bandas sonoras, o lo que es lo mismo, se repite a sí mismo algo menos de lo normal (por ejemplo, su música para Origen, básicamente, es la misma que la que compuso para los films de Nolan) pese a echar mano de sus recursos de siempre, componiendo un score enérgico y retumbante que casa perfectamente con el ritmo y la visión de los filmes de Nolan, y con la inclusión adicional de un tema romántico de James Newton Howard (hablando de repetirse…)
Nolan apuesta por una visión algo más realista, pero sobre todo, por la épica. Sus filmes son "serios" (alguien dirá "pretenciosos"), tratan su material con gravedad y elegancia, y están empeñados en dar lustre intelectual a un justiciero, al que tampoco tiene reparos en retratar como un tipo bastante perjudicado mentalmente (Bruce Wayne es la máscara, en la mejor tradición de Miller-Moore, que tanto bien y tanto daño a la vez ha hecho al personaje en los últimos 25 años).
Por contra, Burton apuesta por lo teatral, lo deforme, lo bizarro. Si Miller es la guía y la lumbre de Nolan, la de Burton está en la colorida serie de televisión de los años 60 y su propio imaginario personal. Lo que anunciaba el Joker en su primer film, con su propia actuación y sus ridículos secuaces se desata por completo en la secuela, donde Burton está respaldado por el éxito de Eduardo Manostijeras (1990). Su Joker, y sobre todo su Pingüino rodeado de congéneres cargados con bombas, nunca tendrían lugar en un film más "serio", y no hay más que ver al Joker o al Espantapájaros que presenta Nolan para ver la diferencia de concepto entre ambos filmes. O ver a los dos directores para ver que, desde luego, sus visiones tienen que ser diferentes...
Ideas tan interesantes como ese Bruce Wayne que se relaja colgándose cabeza abajo quedan un tanto desdibujadas en el primer Batman de Burton, e incluso más en el segundo, donde los villanos llevan la voz cantante, sobre todo la sensual Catwoman (ese lametón…). Wayne se comporta como un millonario algo atolondrado y disperso, y cuando se viste de Batman tiene un aspecto soso y muy poco imponente. Si el difunto Christopher Reeve "era" Superman (y Brandon Routh, desde luego, no), Michael Keaton no "es" Batman.
En los filmes de Nolan, la figura de Wayne es algo más trágica, pero también le falta algo de encanto, pese a que se acerca más al cánon milleriano de millonario obsesionado. Es expeditivo, obseso y creativo, pero a la vez, algo cerril y bastante envarado. A ratos, incluso soso. Y la casta relación romántica con Rachel Dawes en los filmes de Nolan (y encima, en la segunda, a la pobre Rachel le "dan boleto") contrasta con el morbo del encuentro de Batman con la sensual y provocadora Catwoman de Burton, un personaje que pide a gritos más desarrollo.
Y hablando de villanos… Espantapájaros, R'as Al Ghul, Dos Caras, Pingüino, Catwoman… y el Joker. Más clásico no se puede ser. Los filmes de ambos directores eligen lo más granado de la casi inagotable galería de villanos de Batman. Los retratos de todos ellos coinciden con las respectivas visiones de ambos directores; grotescos y exagerados unos, más realistas los otros. Personalmente, me entra curiosidad de saber cómo habría funcionado un R'as más cercano al de los cómics; aunque el Espantapájaros encarnado por el estupendo Cillian Murphy me gusta mucho, los impresionantes villanos de Batman Vuelve (aunque sean sustancialmente diferentes de sus versiones en cómic) encajan como un guante en la tradición grotesca y bizarra de los grandes enemigos de Batman.
O sea, en general, podemos decir que aquí, en términos generales, también hay empate. La visión de Burton es mucho más personal, pero las películas de Nolan son mejores.
Continuará...
Segunda parte: Dos visiones
La Gotham City imaginada para Burton por Anton Furst tiene mucha más garra, pero a la vez es más guiñolesca y exagerada que la urbe tecnológica y ultramoderna de los films de Nolan, más fría y realista, incluso de noche. Pese a lo caduco de algunos efectos, la Gotham de Burton tiene un aspecto mucho más cuidado y elegante. A la ciudad gótica de los films de Nolan, en comparación, le falta personalidad y le sobra modernez.
En los filmes de Burton, la música del habitual Danny Elfman acompaña perfectamente las imágenes del director, en la onda "clásica-oscura" tan habitual en el compositor fetiche del director. Nolan se acompaña de la fanfarria electrónica de Hans Zimmer, que compone una de sus últimas grandes bandas sonoras, o lo que es lo mismo, se repite a sí mismo algo menos de lo normal (por ejemplo, su música para Origen, básicamente, es la misma que la que compuso para los films de Nolan) pese a echar mano de sus recursos de siempre, componiendo un score enérgico y retumbante que casa perfectamente con el ritmo y la visión de los filmes de Nolan, y con la inclusión adicional de un tema romántico de James Newton Howard (hablando de repetirse…)
Nolan apuesta por una visión algo más realista, pero sobre todo, por la épica. Sus filmes son "serios" (alguien dirá "pretenciosos"), tratan su material con gravedad y elegancia, y están empeñados en dar lustre intelectual a un justiciero, al que tampoco tiene reparos en retratar como un tipo bastante perjudicado mentalmente (Bruce Wayne es la máscara, en la mejor tradición de Miller-Moore, que tanto bien y tanto daño a la vez ha hecho al personaje en los últimos 25 años).
Por contra, Burton apuesta por lo teatral, lo deforme, lo bizarro. Si Miller es la guía y la lumbre de Nolan, la de Burton está en la colorida serie de televisión de los años 60 y su propio imaginario personal. Lo que anunciaba el Joker en su primer film, con su propia actuación y sus ridículos secuaces se desata por completo en la secuela, donde Burton está respaldado por el éxito de Eduardo Manostijeras (1990). Su Joker, y sobre todo su Pingüino rodeado de congéneres cargados con bombas, nunca tendrían lugar en un film más "serio", y no hay más que ver al Joker o al Espantapájaros que presenta Nolan para ver la diferencia de concepto entre ambos filmes. O ver a los dos directores para ver que, desde luego, sus visiones tienen que ser diferentes...
Ideas tan interesantes como ese Bruce Wayne que se relaja colgándose cabeza abajo quedan un tanto desdibujadas en el primer Batman de Burton, e incluso más en el segundo, donde los villanos llevan la voz cantante, sobre todo la sensual Catwoman (ese lametón…). Wayne se comporta como un millonario algo atolondrado y disperso, y cuando se viste de Batman tiene un aspecto soso y muy poco imponente. Si el difunto Christopher Reeve "era" Superman (y Brandon Routh, desde luego, no), Michael Keaton no "es" Batman.
En los filmes de Nolan, la figura de Wayne es algo más trágica, pero también le falta algo de encanto, pese a que se acerca más al cánon milleriano de millonario obsesionado. Es expeditivo, obseso y creativo, pero a la vez, algo cerril y bastante envarado. A ratos, incluso soso. Y la casta relación romántica con Rachel Dawes en los filmes de Nolan (y encima, en la segunda, a la pobre Rachel le "dan boleto") contrasta con el morbo del encuentro de Batman con la sensual y provocadora Catwoman de Burton, un personaje que pide a gritos más desarrollo.
Y hablando de villanos… Espantapájaros, R'as Al Ghul, Dos Caras, Pingüino, Catwoman… y el Joker. Más clásico no se puede ser. Los filmes de ambos directores eligen lo más granado de la casi inagotable galería de villanos de Batman. Los retratos de todos ellos coinciden con las respectivas visiones de ambos directores; grotescos y exagerados unos, más realistas los otros. Personalmente, me entra curiosidad de saber cómo habría funcionado un R'as más cercano al de los cómics; aunque el Espantapájaros encarnado por el estupendo Cillian Murphy me gusta mucho, los impresionantes villanos de Batman Vuelve (aunque sean sustancialmente diferentes de sus versiones en cómic) encajan como un guante en la tradición grotesca y bizarra de los grandes enemigos de Batman.
O sea, en general, podemos decir que aquí, en términos generales, también hay empate. La visión de Burton es mucho más personal, pero las películas de Nolan son mejores.
Continuará...
lunes, 20 de junio de 2011
RODEADO DE CELULOIDE presenta… BATMAN CONTRA BATMAN (1)
Una reflexión nada autorizada, inconexa, y en general balbuceante, sobre varias de las películas protagonizadas por el murciélago hasta la fecha.
Dos dirigidas por Tim Burton, un total de tres entregas sumará el año que viene la versión de Christopher Nolan. Batman (1989) fue la primera. Una película de tremendo éxito comercial, que junto a la poderosa revisión del murciélago realizada por Frank Miller en Año Uno y El Regreso del Caballero Oscuro (más La Broma Asesina de Moore y Bolland, recordemos), puso de moda a Batman de manera inédita hasta entonces. El gancho del film: la dirección de Burton y la presencia de dos estrellas como Jack Nicholson y Kim Bassinger. Tres años después, Batman Vuelve se reveló como una continuación mucho más personal, burtoniana hasta la médula, y por ello menos comercial y más sorprendente.
Dirigida por un Christopher Nolan que asombró con la originalísima Memento, Batman Begins llegaba en 2005 para hacer olvidar las continuaciones perpetradas por Joel Schumacher: las delirantes Batman Forever y Batman y Robin. Una visión completamente milleriana del personaje, un acertadísimo reparto de estrellas y una realización estupenda renovaron por completo al Batman cinematográfico de la mano de Burton y su coguionista, David S. Goyer. Tres años después, el mismo equipo realizó El Caballero Oscuro, una continuación directa en forma y espíritu que algunos expertos consideran aún mejor que su predecesora. Ambos filmes fueron grandes éxitos de taquilla, sobre todo el segundo, y se espera con expectación la tercera entrega de la relación de Nolan con el personaje, que se estrenará en 2012.
El Batman de Burton adolece de algunos fallos de ritmo, y sus efectos especiales, con los avances de los últimos años, se revela como simplemente artesanales, aunque no dejan de ser efectivos. La historia, pese a algunos momentos logrados, es bastante previsible, aunque acierta de arrancar con Batman ya en activo, sin perder tiempo en contarnos lo que ya sabemos de sobra (como sucedía en el primer Spider-man de Sam Raimi, por ejemplo). Vista ahora, quizá resulta un tanto acartonada.
Por su parte, Batman Vuelve, apoyada en las logradas caracterizaciones de los villanos y en el ambiente oscuro e inquietante tan del gusto de Burton, supera con creces a su predecesora, aunque no es propiamente un film "de" Batman, sino un film "con" Batman, en realidad. El encaje de las peripecias de ambos villanos, mucho más y mejor desarrollados que Batman, y el héroe chirría bastante, y pese a contener momentos excelentes, toda la parte final del film es bastante chalada en general. No se puede decir que resulte aburrida, pero tampoco que enganche del todo. Y sobre todo, destaca la presencia magnética de una inspiradísima Michelle Pfeiffer como Catwoman.
En cuanto a las dos películas de Nolan, muy poco que objetar, desde mi punto de vista, como ya dije aqui y aquí. Batman Begins, pese a un desenlace demasiado apresurado y simplón (toda la escena del monorrail), acierta de pleno con su estructura de flashbacks para narrar el origen del personaje. Y El Caballero Oscuro, aunque se resiente de dividir al héroe en dos (Batman-Harvey Dent) y al malo también en dos (Dos Caras-Joker), y por ello acumula varios desenlaces consecutivos de la multitud de tramas que abre, sigue siendo una película vibrante, absorbente, visualmente soberbia. Las dos escenas de persecución de ambos filmes de Nolan son simplemente alucinantes. El año que viene, más.
Así que, en general, me quedo con las de Nolan, sin quitarles méritos a las de Burton, que los tienen.
Continuará...
Primera parte: Cuatro películas
Dirigida por un Christopher Nolan que asombró con la originalísima Memento, Batman Begins llegaba en 2005 para hacer olvidar las continuaciones perpetradas por Joel Schumacher: las delirantes Batman Forever y Batman y Robin. Una visión completamente milleriana del personaje, un acertadísimo reparto de estrellas y una realización estupenda renovaron por completo al Batman cinematográfico de la mano de Burton y su coguionista, David S. Goyer. Tres años después, el mismo equipo realizó El Caballero Oscuro, una continuación directa en forma y espíritu que algunos expertos consideran aún mejor que su predecesora. Ambos filmes fueron grandes éxitos de taquilla, sobre todo el segundo, y se espera con expectación la tercera entrega de la relación de Nolan con el personaje, que se estrenará en 2012.
El Batman de Burton adolece de algunos fallos de ritmo, y sus efectos especiales, con los avances de los últimos años, se revela como simplemente artesanales, aunque no dejan de ser efectivos. La historia, pese a algunos momentos logrados, es bastante previsible, aunque acierta de arrancar con Batman ya en activo, sin perder tiempo en contarnos lo que ya sabemos de sobra (como sucedía en el primer Spider-man de Sam Raimi, por ejemplo). Vista ahora, quizá resulta un tanto acartonada.
Por su parte, Batman Vuelve, apoyada en las logradas caracterizaciones de los villanos y en el ambiente oscuro e inquietante tan del gusto de Burton, supera con creces a su predecesora, aunque no es propiamente un film "de" Batman, sino un film "con" Batman, en realidad. El encaje de las peripecias de ambos villanos, mucho más y mejor desarrollados que Batman, y el héroe chirría bastante, y pese a contener momentos excelentes, toda la parte final del film es bastante chalada en general. No se puede decir que resulte aburrida, pero tampoco que enganche del todo. Y sobre todo, destaca la presencia magnética de una inspiradísima Michelle Pfeiffer como Catwoman.
En cuanto a las dos películas de Nolan, muy poco que objetar, desde mi punto de vista, como ya dije aqui y aquí. Batman Begins, pese a un desenlace demasiado apresurado y simplón (toda la escena del monorrail), acierta de pleno con su estructura de flashbacks para narrar el origen del personaje. Y El Caballero Oscuro, aunque se resiente de dividir al héroe en dos (Batman-Harvey Dent) y al malo también en dos (Dos Caras-Joker), y por ello acumula varios desenlaces consecutivos de la multitud de tramas que abre, sigue siendo una película vibrante, absorbente, visualmente soberbia. Las dos escenas de persecución de ambos filmes de Nolan son simplemente alucinantes. El año que viene, más.
Así que, en general, me quedo con las de Nolan, sin quitarles méritos a las de Burton, que los tienen.
Continuará...
viernes, 6 de mayo de 2011
@rdp: Sobre el BATMAN de NORM BREYFOGLE
Planeta reedita estos días (en unos tomos con un diseño horrendo y una edición en tapa dura a todas luces innecesaria, y que encarece mucho el producto) unas historias que han envejecido estupendamente, y que le dan bastantes vueltas a lo que hoy en día nos receta DC a los fans del murciélago (excepto, naturalmente, todo lo perpetrado por Grant Morrison, altibajos incluidos). Guiones entretenidos, dibujos expresivos, buena narrativa, nuevos villanos, buen toque con el personaje. Merece la pena recuperar estas historias.
domingo, 19 de diciembre de 2010
LECTURAS RECIENTES: BATMAN, CÍRCULO SIN FIN
Hasta hace un par de días, quien esto escribe era de la opinión de que los únicos tebeos de Batman que merecen la pena, a día de hoy, eran los escritos por Grant Morrison. El resto de series y tomos, la verdad, es anodino… por decirlo suavemente. Por suerte, me he encontrado con otro tebeo de Batman que me ha dejado muy satisfecho: este Círculo sin Fin, secuela del interesante Cacofonía, escritos ambos por Kevin Smith, director de cine de éxito además de ocasional guionista de cómics e irredento fan comiquero.
Si en Cacofonía, Smith proponía un bien resuelto (aunque enésimo) enfrentamiento Batman / Joker, y además añadía a un invitado sorpresa a la función, en este nuevo libro Smith hace un recorrido por el pasado pre-Morrison del personaje, proponiendo la interesante premisa de que un nuevo héroe aparezca en Gotham y haga que Bruce Wayne se plantee su continuidad como justiciero… Si el desarrollo del tebeo es estupendo, con el adecuado recurso a villanos del pasado y a la "familia" del murciélago, con divertidos guiños humorísticos muy en la onda de Smith, el desenlace de la historia proporciona algo que en los últimos tiempos, solamente Morrison era capaz de traer a los tebeos de Batman: lo inesperado, la sorpresa, el giro final que nadie ve venir, aunque se sospeche que algo huele a podrido en Dinamarca... además, de una manera seca y brutal.
Un estupendo tebeo de Batman, apoyado en el competente arte de Walt Flanagan, buen narrador y un dibujante que saca buen partido de la expresividad de los rostros de los personajes. Vamos: muy recomendable. Pero deberías leer antes Cacofonía… no lo olvides. Y un consejo: ni se te ocurra mirar la última página de Círculo sin Fin antes de leerlo. Quien avisa...
Si en Cacofonía, Smith proponía un bien resuelto (aunque enésimo) enfrentamiento Batman / Joker, y además añadía a un invitado sorpresa a la función, en este nuevo libro Smith hace un recorrido por el pasado pre-Morrison del personaje, proponiendo la interesante premisa de que un nuevo héroe aparezca en Gotham y haga que Bruce Wayne se plantee su continuidad como justiciero… Si el desarrollo del tebeo es estupendo, con el adecuado recurso a villanos del pasado y a la "familia" del murciélago, con divertidos guiños humorísticos muy en la onda de Smith, el desenlace de la historia proporciona algo que en los últimos tiempos, solamente Morrison era capaz de traer a los tebeos de Batman: lo inesperado, la sorpresa, el giro final que nadie ve venir, aunque se sospeche que algo huele a podrido en Dinamarca... además, de una manera seca y brutal.
Un estupendo tebeo de Batman, apoyado en el competente arte de Walt Flanagan, buen narrador y un dibujante que saca buen partido de la expresividad de los rostros de los personajes. Vamos: muy recomendable. Pero deberías leer antes Cacofonía… no lo olvides. Y un consejo: ni se te ocurra mirar la última página de Círculo sin Fin antes de leerlo. Quien avisa...
domingo, 20 de junio de 2010
Rodeado de Batman Especial: BATMAN AND ROBIN WILL NEVER DIE!

Ver reseña al respecto.
El autor de Los Invisibles se lanza al vacío sin red, sin concesiones, y compone una saga vibrante en la que mezcla con gracia y acierto un batiburrillo de ideas originales con un cúmulo de referencias a historias pertenecientes a prácticamente todas las etapas de la vida del héroe (incluida la presencia del inefable Batmito).
Como colofón, Morrison firma dos episodios estupendos en los cuales se hace un atinado resumen de toda la historia del personaje… y cuyo desenlace se producirá en Crisis Final, donde veremos el destino definitivo de Batman… que, aparentemente, se corresponde con el título del libro.
Esta historia gustará a unos, y a otros no. A mí, desde luego, me ha parecido estupenda.
(Extracto de mi reseña de Batman RIP en DOLMEN, toma autobombo).
Así termina un estupendo y absolutamente "morrisoniano"
Batman 700... viajes en el tiempo, Batmans de todas las épocas,
y un argumento de esos que no se pueden resumir en dos líneas.
Pero la leyenda continúa... en El retorno de Bruce Wayne
y en Batman 701 & 702... y más allá...
Vamos, que me gusta el Bat-Morrison.
Como colofón, Morrison firma dos episodios estupendos en los cuales se hace un atinado resumen de toda la historia del personaje… y cuyo desenlace se producirá en Crisis Final, donde veremos el destino definitivo de Batman… que, aparentemente, se corresponde con el título del libro.
Esta historia gustará a unos, y a otros no. A mí, desde luego, me ha parecido estupenda.
(Extracto de mi reseña de Batman RIP en DOLMEN, toma autobombo).
(...) doce números, divididos en argumentos de tres capítulos. Nuevos villanos más pintorescos pero igualmente peligrosos son quienes acechan en la Gotham City posterior Batman RIP, y un nuevo Batman (el artista antes conocido como… ups, casi se me escapa) y un nuevo Robin (aún más pandillero que Jason Todd, ¿quién podrá ser…?) se enfrentan a ellos.
En este primer arco, contamos con la impagable presencia de Frank Quitely en tareas artísticas. Aunque parezca ocioso decirlo, Quitely se supera a sí mismo en cada página, con soluciones narrativas siempre efectivas, moviéndose a sus anchas en el ambiente de la nueva Gotham que pinta Morrison. Un Batmóvil volador, el extraño Mr. Pyg… las sorpresas se suceden en un primer capítulo que deja con ganas de más, y que promete mucho.
En este primer arco, contamos con la impagable presencia de Frank Quitely en tareas artísticas. Aunque parezca ocioso decirlo, Quitely se supera a sí mismo en cada página, con soluciones narrativas siempre efectivas, moviéndose a sus anchas en el ambiente de la nueva Gotham que pinta Morrison. Un Batmóvil volador, el extraño Mr. Pyg… las sorpresas se suceden en un primer capítulo que deja con ganas de más, y que promete mucho.

Batman 700... viajes en el tiempo, Batmans de todas las épocas,
y un argumento de esos que no se pueden resumir en dos líneas.
Pero la leyenda continúa... en El retorno de Bruce Wayne
y en Batman 701 & 702... y más allá...
Vamos, que me gusta el Bat-Morrison.
viernes, 19 de marzo de 2010
El Montón de Tebeos presenta... BATMAN Y ROBIN (O BATMAN Y MORRISON)
Una imagen vale más que mil palabras. Con ustedes...
Como si fuera una nueva adición a la galería de villanos locos de Batman, Grant Morrison sigue haciendo de la suyas. Sorpresa tras sorpresa, y no contento con perpetrar esa chaladura magnífica llamada Batman RIP, ahora mismo el escocés sigue dando guerra, encantando a unos (a mí, por ejemplo) y levantando las iras o la indiferencia de otros. Prepara ya algo titulado El Regreso de Bruce Wayne (vaaamos, alguien creía que Bruce Wayne estaba muerto... sí, bueno, el cadáver estaba identificado, y... ), una serie de seis episodios que augura todo tipo de sorpresas... justo lo que está proporcionando Batman y Robin.
Recapitulemos. Muerto (sí, ya... lo que yo te diga) Bruce Wayne, Dick Grayson, ex-Robin, ex-Nightwing, es el nuevo Batman. Convertido Tim Drake, ex-Robin, en Red Robin (espero que nadie se haya hecho un lío), ahora Damian es el Robin titular. Damian, hijo natural de Bruce Wayne y Talia, y por ello nieto de R'As Al Ghul, no respeta a Dick (por decirlo suavemente), ni como mentor, ni como luchador, sino todo lo contrario, y la relación entre ambos es difícil. Como se puede imaginar, no podría haber dos tipos más diferentes en el mundo. Sin tiempo para "rodarse" como compañeros, ambos tienen que enfrentarse a las nuevas amenazas que se ciernen sobre Gotham. La peor: la del asesino de las fichas de dominó, que puede o no estar relacionado con el terrible cártel criminal conocido como El Penitente, que desata una ola criminal por la ciudad. Otras coloridas nuevas incorporaciones incluyen al implacable asesino Flamingo, el Profesor Pyg, el retorno de Capucha Roja, y el interesante Oberon Sexton, todo un enigma (y eso no va con segundas).
Morrison mantiene intactas las claves que hacen de su etapa en Batman una de las mejores del personaje en mucho, mucho tiempo. El tono es menos "oscuro" y más bizarro y colorista: todo es cool, todo mola. Morrison no olvida que el ambiente de un tebeo de superhéroes le da manga muy ancha para desbarrar, y se aprovecha de ello descaradamente. Todo vale, con tal de sorprender al lector. Cualquier golpe de efecto, cualquier truco de guión, cualquier frase chulesca, cualquier suceso es posible. Y Morrison hace que todo funcione, porque cada cosa está en su sitio. Batman y Robin es genial porque es divertido, y es divertido porque es genial.
Tampoco anda coja la cosa en materia de artistas. Frank Quitely no necesita presentación: sólo se puede decir que cada vez es mejor. Tras tres números de Quitely, llega Philip Tan, quien cumple bien con un estilo más habitual en cómics de superhéroes, pero está a años luz de Quitely y también de Cameron Stewart, que se luce en los números 7, 8 y 9 con la historia de la resurrección de... ¡huy, casi se me escapa!. Tras ellos, llegan Andy Clarke y... ¡Frazer Irving!
Pronto, Planeta comienza a publicar Batman y Robin. Yo recomendaría a cualquiera, sobre todo a quienes han disfrutado como enanos (es mi caso) de lo perpetrado por el escocés hasta el momento, que no deje pasar la oportunidad de seguir disfrutando. Eso sí: el lector habitual del murciélago no encontrará aquí las sempiternas batallas con los enemigos de siempre, sino un verdadero derroche de imaginación, y sobre todo, sorpresas. Cosa que no se puede decir de muchos cómics mainstream yanquis, no... Y una cosa más: se puede disfrutar mes a mes con cada entrega, pero hagan ustedes la prueba de releer cuando hayan sido publicados, por ejemplo, los seis primeros números, y verán cómo se lo pasan aún mejor...
PS: Paralelamente, Tony Daniel por un lado y Paul Dini por el otro exploran otros aspectos de la nueva situación, destacando por sus ideas originales (una fuga de los villanos de Arkham Asylum, ¿dónde habré oido yo eso?... Una serie centrada en las peripecias de los policías de Gotham, ¿nos suena de algo...?). Aún no he leido las nuevas historias de Dini y Daniel, pero espero que sean menos anodinas que las que se publicaron en Detective Comics antes de Batman RIP... veremos. Por cierto, absolutamente recomendable el nuevo Detective Comics de Rucka y Williams III.
Como si fuera una nueva adición a la galería de villanos locos de Batman, Grant Morrison sigue haciendo de la suyas. Sorpresa tras sorpresa, y no contento con perpetrar esa chaladura magnífica llamada Batman RIP, ahora mismo el escocés sigue dando guerra, encantando a unos (a mí, por ejemplo) y levantando las iras o la indiferencia de otros. Prepara ya algo titulado El Regreso de Bruce Wayne (vaaamos, alguien creía que Bruce Wayne estaba muerto... sí, bueno, el cadáver estaba identificado, y... ), una serie de seis episodios que augura todo tipo de sorpresas... justo lo que está proporcionando Batman y Robin.
Recapitulemos. Muerto (sí, ya... lo que yo te diga) Bruce Wayne, Dick Grayson, ex-Robin, ex-Nightwing, es el nuevo Batman. Convertido Tim Drake, ex-Robin, en Red Robin (espero que nadie se haya hecho un lío), ahora Damian es el Robin titular. Damian, hijo natural de Bruce Wayne y Talia, y por ello nieto de R'As Al Ghul, no respeta a Dick (por decirlo suavemente), ni como mentor, ni como luchador, sino todo lo contrario, y la relación entre ambos es difícil. Como se puede imaginar, no podría haber dos tipos más diferentes en el mundo. Sin tiempo para "rodarse" como compañeros, ambos tienen que enfrentarse a las nuevas amenazas que se ciernen sobre Gotham. La peor: la del asesino de las fichas de dominó, que puede o no estar relacionado con el terrible cártel criminal conocido como El Penitente, que desata una ola criminal por la ciudad. Otras coloridas nuevas incorporaciones incluyen al implacable asesino Flamingo, el Profesor Pyg, el retorno de Capucha Roja, y el interesante Oberon Sexton, todo un enigma (y eso no va con segundas).
Morrison mantiene intactas las claves que hacen de su etapa en Batman una de las mejores del personaje en mucho, mucho tiempo. El tono es menos "oscuro" y más bizarro y colorista: todo es cool, todo mola. Morrison no olvida que el ambiente de un tebeo de superhéroes le da manga muy ancha para desbarrar, y se aprovecha de ello descaradamente. Todo vale, con tal de sorprender al lector. Cualquier golpe de efecto, cualquier truco de guión, cualquier frase chulesca, cualquier suceso es posible. Y Morrison hace que todo funcione, porque cada cosa está en su sitio. Batman y Robin es genial porque es divertido, y es divertido porque es genial.
Tampoco anda coja la cosa en materia de artistas. Frank Quitely no necesita presentación: sólo se puede decir que cada vez es mejor. Tras tres números de Quitely, llega Philip Tan, quien cumple bien con un estilo más habitual en cómics de superhéroes, pero está a años luz de Quitely y también de Cameron Stewart, que se luce en los números 7, 8 y 9 con la historia de la resurrección de... ¡huy, casi se me escapa!. Tras ellos, llegan Andy Clarke y... ¡Frazer Irving!
Pronto, Planeta comienza a publicar Batman y Robin. Yo recomendaría a cualquiera, sobre todo a quienes han disfrutado como enanos (es mi caso) de lo perpetrado por el escocés hasta el momento, que no deje pasar la oportunidad de seguir disfrutando. Eso sí: el lector habitual del murciélago no encontrará aquí las sempiternas batallas con los enemigos de siempre, sino un verdadero derroche de imaginación, y sobre todo, sorpresas. Cosa que no se puede decir de muchos cómics mainstream yanquis, no... Y una cosa más: se puede disfrutar mes a mes con cada entrega, pero hagan ustedes la prueba de releer cuando hayan sido publicados, por ejemplo, los seis primeros números, y verán cómo se lo pasan aún mejor...
PS: Paralelamente, Tony Daniel por un lado y Paul Dini por el otro exploran otros aspectos de la nueva situación, destacando por sus ideas originales (una fuga de los villanos de Arkham Asylum, ¿dónde habré oido yo eso?... Una serie centrada en las peripecias de los policías de Gotham, ¿nos suena de algo...?). Aún no he leido las nuevas historias de Dini y Daniel, pero espero que sean menos anodinas que las que se publicaron en Detective Comics antes de Batman RIP... veremos. Por cierto, absolutamente recomendable el nuevo Detective Comics de Rucka y Williams III.
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