Una imagen que resume muy bien la filosofía que Morrison defiende en Supergods:
la página de apertura del tomo recopilatorio de Batman RIP.
la página de apertura del tomo recopilatorio de Batman RIP.
El gran aliciente del análisis de Morrison, escrito con bastante gracia y su habitual ingenio, es lo que atañe a su propia experiencia. El autor de Arkham Asylum desgrana su descubrimiento del género como lector, y aporta su visión de por qué los superhéroes no están acabados, como sostenía Alan Moore en Watchmen, además de una descarada confesión de sus motivos para escribir superhéroes mainstream (la pasta). Y no olvida relatar su experiencia místico-alienígena durante un viaje a Katmandu, momento que, afirma, le cambió por completo y está detrás del fundamento de su peculiar e inimitable manera de escribir, esa "rareza" siempre presente en su trabajo, que unos detestan y otros amamos.
Arkham Asylum, uno de los tebeos más populares de Morrison. |
El propio Morrison, charlando con Animal Man. |
Los mejores momentos del libro se corresponden con el examen de los años dorados: el nacimiento de Superman y Batman, los años dorados de DC, y la irrupción de Marvel. El libro va un poco de más a menos (como le sucede al género que trata) y en algunos momentos Morrison se dispersa un tanto y deja que su ego se inmiscuya en el texto, como en algunas diatribas contra los "trolls" de Internet. Pero en general, separa bien los hechos de sus opiniones.
Supergods es un libro agradable de leer, y aporta una visión personal y crítica sobre el género, pero no es un tratado académico en ningún caso, y tampoco es que el autor tenga tales pretensiones. Se puede hablar de omisiones a lo largo del libro, conscientes o no (como por ejemplo, hablar de Allan Heiberg y mencionar sólo su Wonder Woman). Se puede comulgar o no con las opiniones de Morrison acerca del género que tanto dinero le ha reportado (y que, sobre todo, afirma, sigue amando…), y no digamos con sus experiencias extrasensoriales.
Pero no se puede negar que Grant Morrison es uno de los pocos guionistas que recuerdan que los tebeos de superhéroes tienen que ser divertidos, y eso es todo un aliciente para disfrutar de su trabajo, desde el ya añejo Zenith a sus últimas aportaciones a la leyenda de Batman… y también de este Supergods.
Ah, Mr. Nadie y la inolvidable Hermandad de Dadá... |
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