En este libro, escrito con verdadera gracia y encanto, Michael Caine pasa revista a su carrera y su vida: desde la infancia humilde del joven Maurice Micklewhite en el sur de Londres y sus juegos entre edificios destruidos por los bombardeos alemanes, a sus inicios en el teatro, donde comparte escena con actores como Peter O'Toole. Hace un divertido recuento de sus inicios en el cine, del arranque de su carrera con su primera película como protagonista, Zulú, y su primer éxito internacional, Alfie, hasta su consolidación como uno de los grandes actores de su generación en filmes inolvidables como El Hombre que Pudo Reinar, Hannah y sus Hermanas, Vestida para Matar y tantos otros.
La filosofía de Caine respecto a su trabajo es bien conocida: no hay película mala. De hecho, ironiza acerca de una de las peores cintas en las que ha aparecido (una de las deleznables continuaciones de Tiburón), afirmando que esa película pagó la reforma completa de su casa, o con el hecho de que otros filmes malos le han permitido pasar meses de vacaciones en lugares del mundo que le han encantado.
Caine es un actor natural, como tantos otros intérpretes británicos: nada de Actor's Studio. Ni una línea dedicada a motivaciones del personaje, a grandes sacrificios físicos (excepto a algunas largas sesiones de maquillaje, cosa que detesta), o a largas jornadas de aprendizaje… Caine confía más en el instinto que en las técnicas de asimilación del personaje tan queridas para otros actores. Su trabajo le avala.
Bon vivant confeso, amante no del dinero sino de lo que se puede hacer con él (vivir donde quieres y como quieras, viajar cuando te apetece a donde te apetezca), Caine está casado felizmente en segundas nupcias con Shakira, una modelo de ascendencia india, de quien cayó rendidamente enamorado al instante al verla en un anuncio televisivo. El actor habla con cariño de sus amigos dentro y fuera del mundo del espectáculo. Tampoco falta alguna que otra pulla amable, o anécdotas relacionadas con sus viajes, o sus encuentros con figuras sobradamente conocidas, como la Reina de Inglaterra o Margaret Thatcher.
En resumen: una lectura deliciosa para cualquier amante del cine. Y lo mejor es que Caine, que interrumpía este libro en 1992, escribió años después una continuación, The Elephant to Hollywood, que resumía lo ya contado aquí y añadía nuevas andanzas…
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