"You're going to need a bigger boat."

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lunes, 17 de junio de 2013

Películas recién vistas: BEHIND THE CANDELABRA


La nueva película de Steven Soderbergh, ese director que siempre anuncia su retirada cuando presenta una nueva película, es un curioso film sobre la bizarra figura de Liberace, un excéntrico pianista que triunfó en los EE.UU. a partir de los años 40 con un tipo de show que hace que Paquito Clavel parezca un cantante parroquial, que veamos a  Luis Cobos un escrupuloso conservador de los clásicos, que Frank N. Furter nos parezca un científico loco al uso, y Tino Casal un artista pop moderado.

Busca fotos si crees que exagero. Cualquiera que haya leído Oración por Owen de John Irving recordará la devoción psicópata que el diminuto Owen Meany sentía por el músico. Pero afrontémoslo, el tipo fue un ídolo, y una vez más el cine americano (bueno, en este caso, HBO, dado que muchas productoras rechazaron el proyecto) saca a pasear a uno de esos artistas extravagantes que dejaban boquiabiertos a los americanos de a pie.

Behind the Candelabra nos lleva a finales de los setenta, cuando Liberace actúa en Las Vegas como tantas otras viejas glorias (pese a estar totalmente forrado, Lee está ya en su etapa de decadencia) y se rodea de jovencitos pese a que su agente de prensa difunde sin cesar rumores de romances con estrellas femeninas. Una noche, Lee (interpretado por un Michael Douglas inspirado, con el punto justo de histrionismo) se prenda del joven Scott Thorson (un estupendo Matt Damon, lejos de su registro de héroe de mandíbula cuadrada). La película cuenta el discurrir de la relación entre ambos.

Pese al estupendo trabajo de la pareja protagonista, ayudados ambos por una excelente caracterización, el guion de Richard LaGravenese acumula bastantes tópicos, y algunos personajes (por ejemplo, el de Scott Bakula) entran y salen de la trama sin ton ni son. Por contra, muchos otros momentos no tienen precio: los abracadabrantes shows de Liberace, una reinona con todas las consecuencias; las broncas y los celos de Scott cuando Lee posa los ojos en otro jovencito, o el impagable cirujano plástico al que da vida Rob Lowe.

En resumen: le falta algo más de garra, pero se deja ver.

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