Después de tantas obras excelentes, ¿cuál es el siguiente paso en la evolución de uno de los autores más importantes del cómic europeo? La respuesta es sencilla: mejorar. Un paso adelante es lo que representa para la carrera de Paco Roca su nuevo libro, tan comprometido como bien resuelto: Los surcos del azar.
Para narrar la apasionante epopeya de la Nueve, la división integrada por una mayoría de exiliados españoles, veteranos de la Guerra Civil huidos de España tras el triunfo de los fascistas, Roca renuncia a cualquier maquillaje dramático y apuesta por un relato detallista, cercano, articulado con un excelente ritmo entre un presente desdibujado, gris, de incertidumbres y preguntas, y un pasado de ideales por los que valía la pena luchar y morir, y por los que muchos lucharon y murieron. Todo ello narrado con la habitual maestría de Paco, que en algunas páginas roza lo simplemente pasmoso.
Los surcos del azar se convierte así en un libro tan adictivo como verídico; un relato intenso y emocionante, donde no tienen cabida las hazañas bélicas y sí las vidas asombrosas y vagabundas de tantos hombres y mujeres que vivieron en propias carnes los desastres de la guerra: primero, la batalla fratricida en España, y después la gran contienda de Europa, que no son sino la misma cosa: la lucha contra el fascismo.
La mayoría de la gente de nuestra generación, por suerte, solo ha vivido la guerra a través de los libros de historia o los telediarios… pero en muchos aspectos, la batalla sigue presente en la España moderna de hoy, alentada por los de siempre. Y quien lo niegue, miente. Las viejas ideas perduran. Las unas, con la misma fuerza sibilina de siempre, con los cantos de sirena de la comodidad, de la intransigencia, de "lo mío es mío", del sálvese quien pueda, de las respuestas fáciles, de la valla, llevando siempre las de ganar, siempre modernas y atractivas. Las otras, entumecidas, divididas, ahogadas en el día a día, circulan, hacen ruido en la calle, recorren las redes sociales, pero no cuajan. Los bandos siguen siendo los mismos. Y probablemente, seguirán siéndolo. Yo, desde luego, sé en qué bando estoy.
En resumen: un libro imprescindible. Gracias, Paco.
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