¿Y DE QUÉ VA ESO DEL TRUST?
Hacia la mitad de la serie, Azzarello ha dejado caer ya unas cuantas piezas clave para empezar a comprender el rompecabezas. En realidad, la historia de 100 Balas es la del Trust. Un grupo de familias criminales europeas de rancio abolengo, cuya alianza se remonta a los tiempos de los pioneros de la colonización de los EE.UU., en el siglo XVI: grandes nombres que "mandaban" en Europa y "mandan" en el nuevo continente desde entonces. Para mantener su poder se sirven de los MilicianosMinutemen, en la versión original), un grupo de siete implacables asesinos comandados por un "agente", cargo que desde los 60 ha ostentado Graves). Los Milicianos protegen al Trust de amenazas exteriores y también actúan como policía en caso de posibles conflictos internos. Como intermediario entre el Trust y su poderoso Agente, está el Señor de la Guerra, en nuestros días el misterioso Mr. Shepherd. (
El asunto de las pistolas y los maletines de Graves, su "juego", se revela así como parte de un tapiz mucho más grande. Pero, ¿por qué Graves está ahora desvinculado del Trust? ¿Qué sucedió? ¿Y qué fue de los Milicianos de Graves? ¿Y cuál es el plan del imperturbable agente? Esas son las preguntas cuyas respuestas iremos conociendo a lo largo de la serie, que desde un principio Azzarello concibió para que durase 100 números, ni uno más, ni uno menos.
EL INCIDENTE DE ATLANTIC CITY
Cuando comienza 100 Balas, Graves (esa “mezcla fantasmal entre el arcángel Gabriel y un agente secreto de la vieja escuela”, como lo definió Jim Lee en su introducción para el tomo 3 de la serie) es un "agente libre". El Trust decidió prescindir de sus servicios porque se negó a cumplir una orden... y en venganza, los hombres de Graves cometieron un terrible asesinato en Atlantic City, narrado de manera fragmentada en un flashback recurrente en la trama. La identidad del asesinado es un misterio que sólo se revela en el tramo final de la historia, aunque un lector atento puede hacerse una idea…
Graves se llevó a sus Milicianos con él… y con su desaparición terminó el equilibrio que su presencia mantenía entre las familias del Trust. Ahora, se perfila la figura de Augustus Medici como un claro aspirante al poder absoluto. Pero, ¿es eso lo que pretende Graves, que ahora comienza a mover peones? ¿Colocar a Augustus en la cúspide de un renovado conglomerado criminal, deshaciéndose de los “michelines”... o hacerse con su propia "familia" y tratar a Medici de tú a tú en el Trust? O, más aún… ¿quiere vengarse, acabando con el Trust?
La revelación del plan maestro que está detrás de la historia se produce en el tramo final de la serie, cuando ya algunos actores han salido del escenario (la mayoría, con los pies por delante), y Azzarello se reserva aún muchas sorpresas y giros para el catártico último acto, El Declive.
BRIAN AZZARELLO, ALIENTO NEGRO
Azzarello irrumpió en el mundo del cómic americano con 100 Balas, y desde entonces ha trabajado en otras series Vertigo como El Diablo o Loveless, pero también ha dejado una excelente huella en otra de las "vacas sagradas" de la línea, Hellblazer. También Batman y Superman se ha beneficiado de su talento, en obras como Batman/Deathblow (con arte de Lee Bermejo) o Batman: Ciudad Rota (junto a Risso) y en Lex Luthor: Hombre de Acero (de nuevo con Bermejo) y en Superman: For TomorrowJim Lee). (junto a
Asimismo, los autores de 100 Balas han coqueteado con uno de los iconos Marvel por excelencia, Spiderman (Tangled Web 4 USA), y Azzarello ha colaborado con el ilustre Richard Corben en dos atípicas visiones de Hulk y Powerman para el sello MAX: Banner y Cage. Pero es su trabajo para la serie que nos ocupa la obra magna de Azzarello, hasta ahora.
En sus detallistas y desesperanzados guiones para 100 Balas, Azzarello no utiliza los textos de apoyo, y se vale únicamente de los diálogos de los personajes, y en ocasiones (pocas), de un recurso tan propio de la serie negra como la voz en off del protagonista. No vemos lo que piensan los personajes: solamente vemos lo que hacen, habitualmente, nada bueno.
Las conversaciones son intrincados juegos de palabras, frase de listillo sobre frase de listillo; diálogos y réplicas dignas del mejor género noir, como si los personajes respirasen aire negro como el café. Todo ello contribuye a esa sensación de laberinto que atraviesa toda la serie.
100 Balas atrapa al lector y no le suelta. Su estructura intrincada no permite ni un instante de respiro. Nunca sabes en qué momento, o con qué personaje, grande o pequeño, una pieza importante del rompecabezas se pone a tu alcance. La maestría de Azzarello en la presentación y caracterización de los personajes, en la construcción del intrincado edificio que es la serie a base de juegos de palabras, sorpresas, misterios y medias verdades es soberbia. 100 Balas es un mosaico de secas, violentas, desesperanzadas, tensas y magnéticas historias, que solamente se puede disfrutar como es debido con la lectura atenta y de un tirón de toda la serie.
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