Retomando a Warlock desde el final de la Saga de la Contratierra (que Panini también publicará en otro tomo, en noviembre), Starlin pone lo mejor de sí mismo en una historia llena de dramatismo, ambiente cósmico Marvel del de siempre y chaladuras variadas. Warlock se enfrenta a sí mismo (bueno, a su yo del futuro), en varios episodios tan desmadrados como divertidos, y después se sacrifica para detener a Thanos en una monumental batalla en la que también participan los Vengadores.
Trescientas páginas de alienígenas improbables, idas y venidas espaciales, ideas impagables (como la "expansión" de Warlock, todo lo referente al Ladrón de Estrellas o la misma presencia báquica de Pip el Troll), ampulosas charlas y verbosos monólogos al más puro estilo Marvel, y un Starlin completamente desatado en la parte gráfica, con la ayuda de Al Milgrom y Steve Leialoha.
En resumen: divertidísimo. Marvel sabía hacer tebeos bien divertidos (cosa que parece haber olvidado en los últimos años)... véanse las páginas en las que el bueno de Mar-vell presenta a Thanos...
...o el enfrentamiento de Warlock con... ¡los 1.000 Payasos!...
... o el Warlock "expandido" ¡que es más grande que un planeta!
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