He aquí algunas breves reflexiones sobre las tres películas que componen la saga del bueno de Jason Bourne, disponibles en un cómodo pack a precio estupendo en tu tienda habitual.
Sus directores y guionistas esquivan bien la tentación de caer en las típicas tonterías de película de acción americana de hoy, y optan por un ritmo vibrante y un tono tenso y realista, sumergiendo al espectador en una intriga en la cual el misterio de la verdadera identidad del amnésico Bourne da lugar a numerosas persecuciones, peleas, tiroteos y demás descacharre de todo tipo, todo ello excelentemente rodado por Doug Lyman (la primera entrega) y Paul Greengrass (la segunda y la tercera).
Como buenos filmes comerciales, "los tres Bournes" reúnen un amplio reparto de actores y actrices secundarios bien conocidos y competentes: Brian Cox, David Strathairn (soy fan), Julia Styles, Joan Allen, Adewale Akinnuoye-Agbaje (sabes quién es, lo que pasa es que no te suena su nombre), Scott Glenn, Franka Potente, Chris Cooper, Karl Urban, Clive Owen, Daniel Brühl, Albert Finney… además, naturalmente, del absoluto protagonista, Bourne en persona: Matt Damon, perfecta elección para un papel de héroe a contracorriente.
El bueno de Bourne viaja más que el baúl de doña Concha Piquer, como se decía antes: Nueva York, París, Londres, Berlín, Goa, Madrid (divertidísima la escena de Bourne llamando a la policía), Tánger, Moscú… y eso contribuye al aire molón de las tres películas. Edificios, monumentos, coches… un saludable aroma a buen thriller europeo impregna la producción, pese a estar presente, entre otras, la compañía de Kathleen Kennedy y Frank Marshall, conocidos socios de Steven Spielberg. Ese ambiente de thriller a la europea le sienta de cine a la trilogía, inspirada al parecer bastante libremente en las novelas homónimas de Robert Ludlum.
Los filmes ilustran a la perfección hasta dónde pueden llegar hoy en día los gobiernos y los servicios secretos gracias a inventos como la moderna tecnología digital, la red Echelon y las miles y miles de cámaras de seguridad que adornan cualquier ciudad hoy en día. Tendrá sus detalles "peliculeros", naturalmente (y no digamos si hablamos de lo resistente que puede llegar a ser la suspensión de un Mini, por ejemplo...), pero le saca muy buen partido al asunto tecnológico, y los tres films mantienen un ritmo trepidante, con escenas de acción estupendamente resueltas.
Si quizás, después de tanto salto, pelea, carrera, tiroteo, intriga, tensión y destrozo, el descubrimiento final de la identidad de Bourne antes de ser Bourne es algo decepcionante (y a día de hoy, tampoco es excesivamente original el argumento de "creamos al asesino perfecto y luego resulta que nos sale rana"), cierto es que el viaje de casi seis horas hasta ello resulta trepidante y entretenido a más no poder. Y de eso se trataba, ¿no?
Y cerramos, como las tres películas, con EXTREME WAYS, de Moby.
"You're going to need a bigger boat."

Mostrando entradas con la etiqueta Doug Lyman. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Doug Lyman. Mostrar todas las entradas
jueves, 6 de octubre de 2011
RODEADO DE CELULOIDE presenta… IDENTITY, SUPREMACY AND ULTIMÁTUM: LA TRILOGíA DE BOURNE
Etiquetas:
Brian Cox,
Chris Cooper,
Clive Owen,
Daniel Brühl,
David Strathairn,
Doug Lyman,
Franka Potente,
Julia Styles,
Karl Urban,
Matt Damon,
Paul Greengrass,
Scott Glenn
domingo, 21 de noviembre de 2010
Películas recién vistas: CAZA A LA ESPÍA
Quizá el principal problema de esta película (y no es pequeño) es que casi todo suena "a visto ya", y por eso pierde mucho de su empuje. Por mucho que tenga razón en su crítica al desastroso papel internacional de la administración de Bush Jr., el film dirigido por Doug Lyman no aporta nada nuevo al respecto. Al estar basada en hechos reales más que conocidos, el argumento pierde también parte de su fuerza de arrastre.
Por lo demás, la película es una (bastante atinada) mezcla de filme de espías e historia de politiqueos a escala internacional. Ambientada en los meses posteriores al 11-S, Caza a la Espía cuenta la peripecia de Valerie Plame (Naomi Watts, tan guapa y tan buena actriz como siempre, una agente de la CIA de primer orden, casada con Joe Wilson (Sean Penn, bastante contenido, por fortuna), un diplomático bastante crítico con Washington. Cuando Wilson saca demasiado los pies del tiesto, la administración no encuentra mejor manera de desacreditarle que arruinar la carrera de su esposa… con todas las consecuencias que ello conlleva.
El film tarda demasiado en llegar a su momento clave: el arranque del devastador ataque del Gobierno contra el volcánico Wilson y, de rebote, contra su esposa, una agente competente y abnegada que de pronto se ve ninguneada y arrastrada por el fango, y acusada de incompetencia, traición y nepotismo por la administración y sus voceros. Hasta entonces, tanto la eficiente tarea de espionaje de Valerie como los asuntos de Joe, poco amigo de callarse cuando alguien le toca la fibra sensible, transitan por territorios bastante manidos.
El mayor acierto del film es describir a la perfección ese ambiente opresivo, esa persecución de cualquier tipo de disidencia, orquestada por el Gobierno y sus numerosos y poderosos medios afines, por leve que sea, nacida de los terribles sucesos del 11-S, que tan bien conocemos y que tan presente sigue hoy en día… y no sólo en los EE.UU. Modélica es la escena en la que los periodistas acosan a Wilson en su propia casa con preguntas que van de la insinuación al insulto en cuestión de segundos. Creo que dándole más tiempo a toda esta parte, las discusiones entre Val y Joe, el papel de los medios, el despiadado ataque que sufren y los manejos de los jefes de ambos, el film mejoraría bastante.
Caza a la Espía es una película que nunca llega a despegar del todo. Buena parte de su mérito reside en su pareja protagonista. Tanto Watts como Penn están bien en sus respectivos papeles. Numerosas caras conocidas en papeles secundarios animan un tanto la función, pero es dificil desprenderse de la sensación de que esta película llega varios años tarde...
Por lo demás, la película es una (bastante atinada) mezcla de filme de espías e historia de politiqueos a escala internacional. Ambientada en los meses posteriores al 11-S, Caza a la Espía cuenta la peripecia de Valerie Plame (Naomi Watts, tan guapa y tan buena actriz como siempre, una agente de la CIA de primer orden, casada con Joe Wilson (Sean Penn, bastante contenido, por fortuna), un diplomático bastante crítico con Washington. Cuando Wilson saca demasiado los pies del tiesto, la administración no encuentra mejor manera de desacreditarle que arruinar la carrera de su esposa… con todas las consecuencias que ello conlleva.
El film tarda demasiado en llegar a su momento clave: el arranque del devastador ataque del Gobierno contra el volcánico Wilson y, de rebote, contra su esposa, una agente competente y abnegada que de pronto se ve ninguneada y arrastrada por el fango, y acusada de incompetencia, traición y nepotismo por la administración y sus voceros. Hasta entonces, tanto la eficiente tarea de espionaje de Valerie como los asuntos de Joe, poco amigo de callarse cuando alguien le toca la fibra sensible, transitan por territorios bastante manidos.
El mayor acierto del film es describir a la perfección ese ambiente opresivo, esa persecución de cualquier tipo de disidencia, orquestada por el Gobierno y sus numerosos y poderosos medios afines, por leve que sea, nacida de los terribles sucesos del 11-S, que tan bien conocemos y que tan presente sigue hoy en día… y no sólo en los EE.UU. Modélica es la escena en la que los periodistas acosan a Wilson en su propia casa con preguntas que van de la insinuación al insulto en cuestión de segundos. Creo que dándole más tiempo a toda esta parte, las discusiones entre Val y Joe, el papel de los medios, el despiadado ataque que sufren y los manejos de los jefes de ambos, el film mejoraría bastante.
Caza a la Espía es una película que nunca llega a despegar del todo. Buena parte de su mérito reside en su pareja protagonista. Tanto Watts como Penn están bien en sus respectivos papeles. Numerosas caras conocidas en papeles secundarios animan un tanto la función, pero es dificil desprenderse de la sensación de que esta película llega varios años tarde...
Suscribirse a:
Entradas (Atom)