Vamos con los grandes descubrimientos comiqueros del año que se fue. Tanto clásicos como cosas recientes se han contado entre las lecturas favoritas de 2008, de cosas nuevas y no tan nuevas... Un somero repaso, sin orden ni concierto, sin clasificaciones absurdas e innecesarias. Así, a bote pronto, salen unas cuantas (y otras que me olvidaré por el camino):
Carlitos y Snoopy, de Schultz.
La calificación de "obra maestra" se queda muy corta para referirse al trabajo de Charles Schultz con sus irrepetibles Peanuts: el maravilloso retrato del eterno perdedor, Charlie Brown, sus amigos y su inefable mascota, Snoopy, es una fuente inagotable de risas, medias sonrisas y reflexión aguda sobre muchas, muchas cosas. Sólo hay que abrir uno de los libros de la excelente edición integral de Planeta para quedar irremisiblemente atrapado. ("¿A estas horas, descubriendo a Carlitos?", diréis. Pues sí, ¿qué pasa? Nunca es tarde para descubrir lo bueno.)
Scalped, de Aaron y Guéra.
Excelente serie negra, estupendo guión, dibujos fantásticos. Ver anterior post al respecto.
Como un guante de seda forjado en hierro, de Daniel Clowes.
Inclasificable, inquietante, impecable, inigualable, inabarcable, a ratos incomprensible, original y adictivo. Uno de los cómics más extraños y fascinantes que he leído en mi vida. Una mirada ácida, alucinada y asombrosamente lúcida sobre los norteamericanos y sus extrañas vidas, a traves de las peripecias (improbables, que no imposibles) del desdichado Clay Loudermilk y sus encuentros con una inolvidable galería de personajes. Colosal.
Batman Año 100, de Paul Pope.
Eléctrico, vibrante, magistral, el "ultracool action Batman" de Paul Pope engancha desde la primera página. Por ahora, la obra más redonda del creador de Heavy Liquid, artista dueño de un estilo de fuerza descomunal, unido esta vez a un guión logrado, con las dosis justas de anticipación futurista, rebeldía contra el sistema y acción a raudales. El mejor tebeo de Batman publicado en España en 2008.
Batman RIP, de Morrison y Daniel.
Era inevitable. Ver los dos posts, sobre el previo a RIP y sobre el mismo RIP, al respecto.
The Walking Dead, de Kirkman y Adlard.
Qué serie. Qué bien llevado guión a partir de una idea curiosa, pero que en manos de otro no daría ni para seis capítulos, y Robert Kirkman ya va camino del 60, con un excelente escudero en el viaje, Charlie Adlard. Vibrante, adictiva, dramática, magistral. Imprescindible.
Las aventuras del capitán Torrezno, de Valenzuela.
Inimitable en todo. En la propia idea y en su esperpéntico, cabezón y entrañable protagonista; en la épica más gloriosa; en el humor que te hace reir a carcajadas; en la virguería gráfica de su creador y dibujante. Una saga que se desarrolla en el lugar más insospechado, trufada de aventuras y sana sorna, llena de escenarios inimaginables que el talento de su creador hace visibles. Sólo tienes que abrir el primer volumen del primer ciclo de Torrezno, Deeneim: la historia más pequeña jamás contada, para comprobarlo con tus propios ojos. Por favoooooor, Santiago, queremos, necesitamos más Torrezno.
Cages, de Dave McKean
Un libro para leer y disfrutar mil veces. Ambiciosa sin ser pedante, compleja y densa sin resultar plúmbea, una buena historia con un despliegue gráfico espectacular por parte de Dave McKean. Estupendo.
Agujero negro, de Charles Burns
Extraño y fascinante relato, lleno de simbolismos, de adolescentes mutantes e inadaptados (nada que ver con la Patrulla X, advierto), con un estupendo acabado artístico en un estilizado blanco y negro. Uno de esos que también hay que leer más de una vez y más de dos.
Otras lecturas de calidad: Criminal, de Brubaker y Phillips, imprescindibles arreones de serie negra, negra, negra; Arrugas, de Paco Roca; ese gran, gran tebeo. Zot!, de Scott McCloud, o cómo partir de un género y terminar en otro completamente distinto, mejorando página tras página; Astonishing X-Men, de Whedon y Cassaday, impresionante de dibujo, excelente de guión, en particular el emocionante final con Kitty Pryde como protagonista absoluta; El Judío de Nueva York, de Ben Katchor, o un libro tan interesante como exigente para el lector; Thor, de Straczynski y Coipel, o el retorno a la grandeza de mi personaje Marvel favorito de toda la vida; Exterminadores, de Oliver y Moore: una serie original y divertida a raudales...
A lo mejor no están todas las que son, pero son todas las que están, como suele decirse...
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